17 de abril de 2016

Inundados

Cada dia
la luz del amanecer nos desafia
tras del sueño hasta el mundo que nadie queria
villas miserias, trapos
hijos de la misma agonia





Para este momento, el Congreso brasileño está apaleando a Dilma aprobando el juicio político. Por un lado alegra ver demoronarse el imperio del curro moralmente respaldado, el robo para el sistema. Por el otro preocupa ver qué pobremente construído está el sistema de representación en la política latinoamericana de inicios del Siglo XXI.

Taché latinoamericana, porque si se mira un poco para otros lados, la democracia parece estar en general pasando una crisis de madurez análoga. El mundo lleva apenas dos siglos y algo de democracia liberal. En muchos lugares bastante menos.


6 comentarios:

Anónimo dijo...

Se cae la democracia porque se cae el capitalismo

BlogBis dijo...

Anónimo, la verdad que tenés razón che. El capitalismo se desmorona, y las opciones totalitarias que trajo el anticapitalismo fueron siempre un éssito

Gringo dijo...

El capitalismo no se cae, ni se caerá nunca, porque está en la esencia del ser humano. Los que se tienen que caer son los delicuentes que usan al capitalismo para sus negociados y corruptelas. Y voltear a esos delicuentes es el gran desafío del capitalismo.

Blas dijo...

Ya los griegos hace 3000 años lo sabian, la democracia termina en demagogia.

Anónimo dijo...

Yo creo que la crisis de la democracia representativa coincide con la progresiva ida de mambo del papel que los gobiernos deben tener en sus sociedades. En muchos países, incluyendo los más avanzados, se ha hecho carne en amplios sectores que el gobierno no sólo está en condiciones de solucionarles todos sus problemas sino que tiene la obligación de hacerlo. La imposibilidad de cumplir con semejantes expectativas tiende a generar un estado de insatisfacción permanente y es atribuida a la falta de vocación de servicio y/o competencia de las clases dirigentes.

Anónimo dijo...

Blas, la democracia griega se parece tanto a la democracia actual como las sandalias de Pericles a los zapatos de Obama