10 de diciembre de 2016

Spirit of the season


Me intriga qué pasa a fin de año para que todo el mundo se ponga insoportablemente frenético, para terminar en 10 días lo que no hizo en 355, para juntase con gente a la que no llamó en 12 meses o para dar por finalizadas cuestiones que están al 85%.
En esta temporada, en mi caso, no solo estoy sujeto igual que el resto de los rosarinos a la locura findeanuaria de la Municipalidad, que se le dió por meterle pata en el último mes a obras de "embellecimiento" del centro de la ciudad; a la de la Empresa Provinical de la Energía que pretende en diciembre cambiar los cables que no cambió en los últimos 34 años y a los de la empresas de agua, asaltada súbitamente por un afán perforador de calles, sino que tengo un par de clientes que se dedicaron 50 semanas a hacer dibujitos en el escritorio y quieren en 15 días recuperar el año perdido.
No se para qué tanto apuro si en 20 días van a tener un año nuevito, reluciente, para llenar con 52 semanas de ineficiencia.




1 comentario:

Pablo dijo...

JAJAJA comparto, salvo lo que tiene que ver con Rosario