27 de octubre de 2009

El País de la Marmota


Angélica Gorodischer en uno de los cuentos de su libro Trafalgar describe un planeta remoto en el que los muertos no se mueren del todo. Después de finarse, del entierro, simplemente reaparecen porque la muerte de estas gentes es algo apenas formal. Así que las generaciones jóvenes viven con la permanente presión y escrutinio de las anteriores, que rondan eternamente inspeccionando, censurando, impidiendo con el peso de la ancestralidad todo progreso o cambio en una sociedad que a fuerza de muertos rondando, está estancada.
Me acordé de este cuento cuando hoy vi en la calle un cartel con la leyenda ¿Por qué son tan geniales?, desde el que sonríen -congelados en el tiempo, como los muertos de Gorodischer- Edgardo Giménez, Dalila Puzzovio y Charly Squirru.
Para el desavisado, los tres nombrados eran figuritas del pop argento en los ya lejanos y perimidos años del Di Tella. Para gloria de sus egos y con la pretensión de "sacar el arte a la calle", hicieron pintar un cartel vial enorme, con los retratos de los tres, en Florida y Viamonte. Corría 1965.

44 años después cuando bajo el puente pasó un océano, en las calles rosarinas -pero esta vez con financiación pública- aparece el mismo cartel, la misma pregunta. Sólo que el Di Tella no existe, Romero Brest hace décadas que es ceniza, y Buenos Aires está lejos de remedar los roaring sixties porque entre otras cosas, no hay con quien. Y no hay con quien ser innovador, porque como en tantas cosas, el país vive mirando atrás, y sueña con inventar el agua tibia, día tras día, año tras año, década tras década.

2 comentarios:

Jorge dijo...

me encantó el post. es muy cierto

el tal Squirru será el padre de Ludovica?

nunca oí hablar de esa gente. la gente del di tella vivió muchos años de lo que fue. como minujin.

Anónimo dijo...

Lo más apabullante es el recurrente desaguisado de juzgar que lo que era fantástico hace 60 años debe necesariamente tener una acogida igualmente positiva hoy.
"Pero no te acordas de ...", frase que ya me da ganas de tomarme el buque.