29 de diciembre de 2009

Informe sobre la crisis económica mundial

En un reciente artículo de la revista “The Economist” referido a la Moderna Teoría Económica, cita al premio Nobel de Economía en el 2008 Paul Krugman que en una conferencia había dicho: “Mucho de la macroeconomía de los últimos treinta años ha sido espectacularmente inútil en el mejor caso, y positivamente dañino en el peor”. La discusión deriva entonces hacia la contradicción entre la teoría económica clásica y la Keynesiana.

Antes de analizar esa disyuntiva creo procedente admitir que lo que estudiamos de macroeconomía, y lo que he denominado la pitagorización de la misma ha sido una falacia histórica. La alternativa entre la teoría clásica según la cual los mercados se autoregulan, porque rige la ley de Say, y la teoría Keynesiana según la cual los mercados pueden crear desequilibrios, es necesario plantearla en términos de los contextos históricos.
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Desde mi punto de vista creo que es una falacia hablar de mercados auto regulados en un mundo en el que el gasto público en los países desarrollados fluctúa alrededor del 50% del P.B.I. Es un hecho incontrovertible que independientemente de la injerencia directa de los gobiernos en los mercados (que por supuesto sucede) el mero hecho del gasto y la dimensión del mismo altera la realidad de un mercado libre.

De la misma manera debemos recordar que cuando Keynes escribiera su Teoría General, el gasto público en Estados Unidos no superaba el 7% del P.B.I. Se ha interpretado al Keynesianismo como un proyecto contrario al liberalismo entendiendo erróneamente por tal la libertad de mercados. No creo que haya pasado por la cabeza de Keynes que el gasto público superara el 50% del P.B.I. Es más, el proyecto de Keynes en su oportunidad era salvar al sistema capitalista de la crisis.
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La crisis de Estados Unidos surgió en el mundo de las finanzas y la especulaciones que resultaron originalmente de la Community and Reinvestment Act, por la cual se forzó prestar a quienes no tenían ingresos suficientes para pagar. Así comenzó la especulación pura en el mercado inmobiliario y la aparición de las hipotecas sub prime. O sea así, como la crisis del 29 resultó de un exceso de especulaciones en el mercado de capitales, la actual se presentó por las especulaciones con los bienes inmuebles. Esta crisis no fue resultado siquiera de la dinámica propia del sistema de mercado sino por la injerencia gubernamental en el mercado.

Asimismo, debe tenerse en cuenta que si bien la crisis americana puede afectar a la economía mundial, la crisis europea es de propia generación. En tanto que el P.B.I. de la Unión Europea en el 2009 caería un 3.8% y Alemania un 5%, la China que es el país con mayores relaciones comerciales y financieras con Estados Unidos crecería un 8,6%. Aun la India igualmente crecería un 6,5%. La confluencia entre la crisis europea y la americana no es una relación de causa efecto sino que obviamente la coincidencia temporal empeora la situación.

Parte introductoria de un extenso artículo de Armando Ribas que merece leerse con detenimiento.

2 comentarios:

El enmascarado) dijo...

Klaus, muy interesante. Leeré el artículo completo.

Victor dijo...

Muy bueno, me lo llevo. Ribas es clarísimo y tiene mucha gracia para hablar acá hay para entretenerse.