3 de enero de 2011

Cerca de la resaca

Lo perciba o no Boudou, en la Argentina está alcanzando su última frontera la concepción que hace agua en Venezuela y Bolivia. Denominar "modelo bolivariano'' a esa forma de administrar los recursos puede hacer pensar que lo que está entrando en dificultades es un experimento novedoso.

No es así. América latina está en presencia del enésimo fracaso de una corriente populista que se niega a incorporar a su bagaje intelectual una noción elemental: la noción de restricción. Chávez, Morales, Cristina Kirchner están despertando, sobresaltados, del sueño dogmático que supieron abandonar François Mitterrand, Michel Rocard, Felipe González, Tony Blair, Ricardo Lagos, Lula da Silva, José Mujica, Alan García o Dilma Rousseff, cuando admitieron que no hay política económica progresista susceptible de ser edificada sobre la ilusión infantil de gobernar sin costos.

No es un dato aleatorio que los representantes de la paleoizquierda hayan llegado al poder cuando sus países -Venezuela, Argentina, Bolivia- eran agitados por crisis sociales. Chávez, Morales, los Kirchner han gobernado con un sentimiento de pánico; el temor a que cualquier mala noticia convocara de nuevo al estallido. Huyeron de ese desenlace por un sendero que los condujo a ese desenlace. En Caracas, en La Paz, en Buenos Aires, comienza a advertirse que la sonrisa permanente esconde un truco; comienza a romperse el hechizo de la fantasía demagógica.

Carlos Pagni (La Nación)

Ojalá Pagni tenga razón y salgamos alguna vez de la borrachera populista, aunque la resaca duela. Pero en última instancia no importa si Pagni tiene razón y el engendro bolivariano se cae por el peso de sus incoherencias con tanta violencia que la lección le queda grabada a fuego a los países de este continente dejado de la mano de Dios.

Digo que no importa porque si pasara eso, tarde o temprano surgirá algún dirigente vivaracho en algún país de Sudamérica que volverá a prometerle a su sociedad que se puede vivir por encima de las posibilidades porque existe tal cosa como un almuerzo gratis, que si nos va mal es por que algún malo malo feo caca pis de derecha anda conspirando por ahí con el Imperio, que donde hay una necesidad hay un derecho a ser pagado por el Estado, y todas las otras boludeces que hicieron del siglo XX un siglo desperdiciado en la miseria y el atraso populista.

Y como siempre, la gente comprará el verso. Aunque a la hora de pagar la festichola pongan todos cara de Bambi y digan que los engañaron.

1 comentario:

Francisco dijo...

El imperio ciclotímico en donde reside nuestra sociedad no da demasiadas opciones para un cambio profundo. Durante el año, más de uno vive alelado por las inconsistencias más fenomenales de este sistema. Cuando por fin la gente comienza a plantearse el verdadero sentido de este tipo de vida(incertdumbre sobre el futuro, miedo al cambio, etc.), llegan las vacaciones...
Entonces el tipo dirá que 'no es tan malo'...y vuelve al primer casillero, lamentablemente.