8 de febrero de 2012
La paz de las armas o la guerra de la diplomacia?
La oposición salió sorprendida por lo poco que hubo, aunque también distendida porque no había asistido a ningún desatino. La sorprendió, sí, una imagen del canciller Héctor Timerman. El ministro llegó en los momentos previos al discurso presidencial, buscó su nombre en la mesa donde estaría Cristina y no lo encontró. Sí estaba, en cambio, el nombre del ministro de Defensa, Arturo Puricelli. Timerman terminó sentado en una tercera fila de la plata de funcionarios. ¿Qué pasó? Es extraño, pero el ministro de Defensa prevaleció sobre el canciller durante un discurso en el que se proclamó la paz y no la guerra. ¿Fue entonces uno de esos mensajes encriptados del trono sobre el favor o el disfavor de sus cortesanos, que nada tienen que ver con el hecho convocante? No hubo respuestas.
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1 comentario:
Bueno, es Timerman, si se ve el video que esta en LNOL cuando lo enfocan esta dormitando. Ya asumió su verdadero rol, le sacaron Tweeter, le escondieron las tenazas, lo colonizó La Campora, lo único que le queda es una siestita.
Ahora en serio, siendo como son, siempre hay un mensaje, la mise en scène es lo que mejor hacen.
Queda por analizar si el mensaje es para consumo interno o no. En todo momento supeditaron la (inexistente) política internacional a lo doméstico.
Si no es así y el mensaje es hacia la comunidad internacional, entonces es de trasnochados. O de bufones, hoy los aviones se caen en el mar antes de alcanzar las islas.
Saludos, Martín.
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