Es imposible que una sociedad como la nuestra valore el sentido y la esencia de la libertad, cuando el argento promedio clama permanentemente que el Estado le regule, le sirva y le solucione todo lo que desea obtener sin demasiado esfuerzo e ingenio. Es cierto, no poder comprar dólares puede mover montañas; pero más allá de eso, estas reacciones nunca han disuelto este vínculo tan nocivo, autodestructivo y de conveniencia entre la sociedad y el Estado.
Exactamente, me refería a que el Estado te va a dar libertad para que mates a un hijo pero no te permite comprar dólares. Sandra, la libertad es una sola, y es la de disponer de mi vida y mi propiedad. No la de disponer de la vida y de la propiedad de los demás.
8 comentarios:
Por supuesto, los iluminados y excelsos gobernantes ya han vendido todos sus dólares...¿verdad?
Gracias, 54% de subnormales profundos.
La libertad no le interesa a nadie. Ahora, la perspectiva de no poder comprar dólares si, eso puede mover montañas.
Es imposible que una sociedad como la nuestra valore el sentido y la esencia de la libertad, cuando el argento promedio clama permanentemente que el Estado le regule, le sirva y le solucione todo lo que desea obtener sin demasiado esfuerzo e ingenio.
Es cierto, no poder comprar dólares puede mover montañas; pero más allá de eso, estas reacciones nunca han disuelto este vínculo tan nocivo, autodestructivo y de conveniencia entre la sociedad y el Estado.
subrayo tu lúcido comentario Francisco! la bipolaridad y la hipocresía no solo es patrimonio de la que te "jedi"...
Eso sí, en cualquier momento legalizan el aborto y vas a tener la libertad de poder matar a un hijo tuyo.
Se fue de pista, Rothbard. Está mezclando peras con limones.
Rothbard, intuyo que quiso decir que es el Estado el que pronto posibilitará tal barbaridad. De lo contrario, le pido por favor que lo explique mejor.
Exactamente, me refería a que el Estado te va a dar libertad para que mates a un hijo pero no te permite comprar dólares. Sandra, la libertad es una sola, y es la de disponer de mi vida y mi propiedad. No la de disponer de la vida y de la propiedad de los demás.
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