3 de febrero de 2013
3 de febrero
Hoy se cumplen 200 años del combate de San Lorenzo. Aclaro, combate y no batalla porque en realidad fue una emboscada que apenas tiene el mérito de haber bautizado en armas al cuerpo de Granaderos a Caballo recién creado por San Martín. Un hecho de armas menor, pero que igual no merece que dos siglos después presida el acto un funcionario seriamente sospechado de corrupción y ahora además acusado de malversar el dinero de los jubilados.
También se cumplen 161 años del la batalla que expulsó del poder a Juan Manuel de Rosas, abriendo paso al período de la Confederación Argentina, quizás los únicos años en que en que en las provincias que la integraron funcionó el federalismo (sin Buenos Aires, obvio).
Después de Caseros Rosas sufrió una justa damnatio memoriae, tanto por sus crímenes como por su aberrante abuso centralizador realizado bajo la prédica del federalismo, retrasando 30 años la organización nacional e inaugurando la instalación de gobernadores adictos, un proceso que con los años iría a adoptar el mitrismo, el PAN y a la larga el peronismo hasta hoy día.
Siete décadas después de la abolición de la tiranía rosista, aparecieron los revisores de la historia que todavía pretenden que el estanciero era en realidad una expresión suprema de la voluntad del pueblo (como si alguna vez se hubiera apoyado en el voto libre y democrático), el guardián supremo del federalismo (cuando se obstinó en que las provincias del litoral no pudieran comerciar sino a través del puerto de Buenos Aires, ignorando a los gobiernos locales no alineados e incluso organizando expediciones militares para derrocarlos) y de la soberanía nacional (siendo que hasta 1853, si no hasta el 61 dificilmente pueda hablarse de Nación, y que todos los conflictos internacionales en que se implicó fueron para zanjar cuestiones estrictametne porteñas, ya que ni siquiera bonaerenses).
A propósito de la "soberanía", los rosistas tardíos, trasnochados y por naturaleza mal informados, a cada rato traen a colación para denigrar a Urquiza la participación de fuerzas brasileñas en Caseros, alegando que estas "desfilaron en triunfo en Buenos Aires", algo que no ocurrió porque el Ejército Grande no entró a la ciudad. Ignoran primero, que todo el conflicto tuvo carácter de guerra civil regional (como lo prueba la imbricación con la Guerra Grande oriental), y soslayan deliberadamente que una de las principales espadas del rosismo para someter a las provincias, era justamente Manuel Oribe. Que no solo era "uruguayo", sino que Rosas lo consideraba de hecho presidente oriental a pesar de haber cesado en su cargo.
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10 comentarios:
Rubén, me temo que estás en un error. Después de Caseros, las tropas brasileñas entraron desfilando a Buenos Aires casualmente el 20 de febrero...
Tienen memoria histórica los garotos y gran capacidad para elegir los símbolos y los gestos reivindicativos sin que muchos se aviven...
Seguro Enmascarado? Aunque puede que me equivoque -mis conocimientos de Historia Argentina no son muy extensos- tenía entendido que eran los revisionistas los que daban este episodio como cierto y lo usaban como parte de su defensa de Rosas.
Es borgeano lo que hicieron los intelectualoides argentos con Rosas. Agrego otra, Rosas no parecía estar en tan malos términos con los ingleses. Y a los ingleses los jauretchitos los odian tanto como a Sarmiento.
Wilson, tengo media biblioteca aún embalada, pero guardo memoria de haberlo leído en Floria-García Belunce y también en el libro del brasileño Gustavo Barroso titulado A Guerra do Rosas.
Urquiza que también se avivó de la jugada brasuca quiso suspender o demorar ese desfil, pero el Brigadier Márquez de Souza se impuso diciéndole:“A vitoria desta campanha e uma vitoria de Brasil e a Divisão Imperial entrará em Buenos Aires com todas as honras que lhe são devidas, quer V. Ex-cia. ache conveniente o não.”
“La victoria de esta campaña es una victoria de Brasil, y la división imperial entrará en Buenos Aires con todas las honras que le son debidas, hállelo V.E. conveniente o no”.
Por supuesto que Julio Irazusta, Pepe Rosa y otros más destacaron este desfile como una claudicación más de Urquiza y para reinvindicar al tirano de Palermo.
Pero hechos son hechos, y en mi familia se guarda memoria oral de la bronca que sintieron varios parientes emigrados al ver las banderas imperiales ese día en nuestra querida y sufrida Buenos Aires.
Floria-García Belsunce quise decir.
Estos tiempos (y los últimos ochenta años) son tan similares a cuando Rosas trataba al país como si fuera su propia estancia, que a veces creo que Caseros, Uriquiza, la Constitución, Sarmiento y la Generación del '80 fue todo un invento los zurdos y los nacionalistas para justificarse, una excusa para hacer los desastres que hicieron.
Enmascarado, me parece también que el desfile brasileño es una exageración. Porque como dice BlogBis el Ejército Grande NO ENTRÓ a la ciudad de Buenos Aires, incluso Urquiza tuvo el gesto de quedarse en Palermo y dejar a los porteños antirosistas que entraran a la ciudad a "acomodar" a los últimos rosistas.
VdB
Enmascarado, voy a rechequear. Entiendo que las tropas entrerrianas no entraron a la ciudad por lo que es difícil de imaginar que las fuerzas de la División Brasileña si.
De todos modos, y si efectivamente hubieran entrado, no existía nada como un ejército argentino, y los brasileños hubieran acompañado a fuerzas de una provincia. De dos, en realidad (Entre Rios y Corrientes) y algunos cuerpos sueltos de santafesinos y porteños.
Queda además la participación de un comandante oriental en las fuerzas rosistas, y de su propia división (es decir una unidad enteramente uruguaya) empleada para subordinar a las provincias.
E incluso, el agravio de Rosas a Juan Pablo López, al que le impone el comando de Oribe pasandose por sobre su jerarquía de gobernador.
Parece que para los rosistas es ofensiva la participación de extranjeros, pero sólo si son brasileños.
Horacio 38 dijo:
La importancia del Combate de San Lorenzo está dada por ser el bautismo de fuego de una unidad que llegó hasta el Ecuador ganando batallas. Además porque disminuyó el saqueo por parte de los realistas en territorio argentino.
Rubén, los brasileños quisieron "recuperar el honor perdido en Ituzaingó" por eso esperaron hasta el 20 de febrero y estaban completamente decididos a desfilar por Bs. As. en el aniversario de la batalla.
En lo demás, no tengo nada que agregar y coincido.
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