El gobierno de Kirchner sabe muy bien cuál es el precio que se paga por ceder terreno, pero ¿se da cuenta del mucho mayor precio que implica caerse del mapa? Cuando la semana pasada Kirchner respondió a la advertencia del presidente del gobierno español José María Aznar de que no habría salvación posible fuera de la arquitectura financiera mundial, diciendo que "la Argentina se está ayudando a sí misma, tal como España se ayudó a sí misma durante tantos años", entendió mal: la transformación económica de España data de su ingreso en la Comunidad Europea en 1986, de ahí la fuerza de la advertencia de Aznar. Está muy bien adoptar poses nacionalistas, pero ¿de qué sirve el nacionalismo si arruina a la misma nación que pretende defender?
Editorial del Buenos Aires Herald
(circa 2003-2004)
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