30 de abril de 2013

Pequeño currito flotante



Ayer me contaron la historia de un pequeño curro de la era K. Pequeño, porque comparado con lo que se está destapando es de poca monta, pero muestra cómo se ha confundido el patrimonio de particulares y privados en estos tiempos, sobre todo si el privado es un amigo del poder.
Sobre lo que me contaron estuve buscando datos para redondear la historia, y resulta mas o menos así:
En 2004 un ex capitan mercante, devenido empresario K, compra un barco de transporte fluvial a medio terminar. Lo bautiza Anabisetia, en homenaje al dinosaurio homónimo descubierto en suelo argento, y hace un convenio con la Escuela Nacional de Náutica para ponerlo al servicio de esa institución como buque escuela. 
Para terminar el armado del buque, al que le faltaba mucho equipamiento, recurre a la Fundación de la Escuela Nacional de Náutica, y a otros armadores a los que manguea apelando a un convenio firmado con el Ministerio de Trabajo como institución formadora de profesionales. 
(Acá hay una noticia del embarque 2007, con el Ministro Tomada y el Secretario de Planeamiento de Defensa, autoridades de PNA entre los invitados)
Ahora, el mismo barco siendo del mismo armador, ya no es mas buque escuela. Ni siquiera es mas argentino. Después de haberlo puesto en servicio gracias al apoyo oficial, el Anabisetia ahora es paraguayo.

(véase el comentario en el blog de la ENN donde ya en 2010 comentan el currito de Vessel, la armadora)

Acá puede verse la popa del buque, con Asunción pintado como puerto de matrícula. En letras soldadas, pintadas del color del casco todavía se lee Buenos Aires.




No hay comentarios.: