18 de julio de 2013

Ovejas al matadero

Vengo del Coto.
Estuve unos cuantos minutos parado en la cola de la caja rápida. Deben haber sido unas 8 o 10 personas delante de mí, por lo que estaba entre dos góndolas. Cuando me di cuenta que la cola no avanzaba comencé a mirar a la gente. Nadie decía nada, nadie tenía cara de enojado. Todos parecían víctimas de un lavado de cerebro. Esperé un rato más y me asomé hasta el pasillo de cajas. Entonces noté que el problema era generalizado. TODAS LAS CAJAS ESTABAN DETENIDAS. Si hasta había una cajera limándose las uñas. Me acerqué a la gordita de mi caja, que estaba de brazos cruzados y me dijo "no anda el sistema". Una señora que hacía la cola agregó: "pasaron una tarjeta y se cayó el sistema".
Me fui.
Con la convicción que el problema no es el sistema de cajas de Coto, ni de la administración del supermercado que no es capaz de poner a un empleado para que pase por las colas pidiendo disculpas y explicando la situación, sino que los argentinos nos hemos convertido en zombies.
Zombies sin derechos.
Esos zombies van a votar.
En las PASO y en las generales.
Década ganada.

15 comentarios:

Unknown dijo...

Te comprendo. Y asumo que he vivido situaciones similares, admitiendo que en uno de los casos me quedé 'en el molde', y en otro reclamé. Uno de ellos se había generado en el Banco Nación local; 'sin sistema' y todos callados; pero ninguno de nosotros se animó a reclamar o protestar, por la simple sospecha y abierta convicción que en estos casos al que reacciona le cajonean cualquier carpeta que está tramitando; parece un argumento pueril, pero hagan la prueba.
Hace unos tres o cuatro años atrás, de compras en el Wal-Mart y justo en época de casos de hantavirus, descubro un paquete de pan con evidentes signos de haber sido 'perforado' por un roedor. Llamé a un 'asociado encargado', le señalé discretamente el problema; me invitaron a 'asentar una queja formal'. Les seguí la corriente, hice todos los trámites, y posterior a ello me hostigaron durante 15 días con llamadas telefónicas y e-mails para 'corroborar si efectivamente lo que yo había visto se correspondía con la evidencia que arroja la presencia de un roedor'...
Se las resumo: finalmente, por nota y posterior llamada del gerente de la sucursal, me argumentaron que debido a la creciente del Paraná, y como el supercenter se halla en medio de un sector insular allende a la ciudad de Santa Fe, es 'probable' que algún roedor, perteneciente a la fauna del entorno, haya vulnerado la barrera sanitaria establecida en torno al Supercenter, ocasionando el inconveniente de referencia". Elegantemente me conminaron a que me presente en la sucursal, para verificar personalmente que estaban haciendo bien la tarea de control de plagas, cosa que no hice, porque ya me tenían los huevos al plato.
Más allá de considerar si la respuesta de la empresa estuvo o no a la altura de las circunstancias, lo que me generó una cierta molestia es el tiempo que debí perder en ejercitar mi derecho como consumidor, excesivo para una cuestión que bien podría resolverse sin tantas explicaciones.
Por otra parte, me da la sensación que hoy, cualquier argento que intente quejarse, reclamar o expresar disconformidad en buenas formas (por carta de lectores, por 'buzón de sugerencias' o por comentarios asentados en redes virtuales, etc.), corre el riesgo de que lo 'carpeteen'; sea en el ámbito privado y/o público. Me consta que aquí el estado provincial y municipal de turno, ha sido y es un activo ejecutor de este tipo de aprietes.
No justifico la actitud de rebaño, pero vista la sensación de persecuta que tenemos y la posibilidad que te escrachen, creo que no son pocos los que prefieren morfar el pan roído por las ratas...

raúl dijo...

Me viene al pelo para relatar una experiencia ya muy repetida, y que me provocó la misma reflexión sobre el pueblo de ovejas en que se ha convertido el pueblo argentino.

Casa Central Banco Provincia de La Plata,en la esquina de las calles 6 y 47, un sector con 15 (Quince) cajeros automáticos. Los primeros 6 ó 7, ocupados. Los restantes, vacíos. Cola de 7 u 8 personas en la entrada. Los otros no tienen dinero? Nada de eso. Me mando al último, y saco billetes hasta de 10 pesos. Me voy pensando que esa gente que espera como corderitos vota igual que yo.
Un día de cobro había media cuadra de cola. Se me ocurrió acercarme a la entrada, y nuevamente, ocupados los primeros 6 ó 7 cajeros, y el resto libres. Por supuesto que entré, retiré lo que necesitaba y me fui, con una mezcla de satisfacción por mi proceder, y de profundo pesimismo por nuestro futuro. Ah, la gente en la cola? Inmutable.Nadie me imitó.
Por supuesto, los cajeros del fondo son los últimos en vaciarse, porque la mayoría no se molesta en caminar hasta el fondo. Pero creo que debemos ser muy pocos los que deducimos algo tan simple.

Anónimo dijo...

Ok, pero....y vos qué hiciste?

Anónimo dijo...

Todo es según el color del cristal con que se mire.

Si ocurría lo mismo en un super de UK, Canada o de algún otro país civilizado hubiéramos dicho "Ah! éso es educación, ven? Nadie se queja, nadie grita... Stiff upper lip... Así se hace!"

Como pasó en Arg. "manga de zombies, ovejas, dominados, salames" porque se quedaron en el molde.

Si alguno hubiera hecho despelote, "caterva de inadaptados sociales, quilomberos, maleducados"...

Quién nos entiende?
:)

Lex dijo...

Anónimo, cuando pasa eso en los "paises civilizados" lo mínimo que hacen es salir a explicar la situación de parte de la administración porque previamente los clientes se quejan sin generar disturbios. No seamos extremistas.
Aca ni cumplimos una de dos.


Esto me recuerda una frase de Alexander Chase.-
"When a machine begins to run without human aid, it is time to scrap it - whether it be a factory or a government"

Unknown dijo...

Para mí, un comportamiento notable de rebaño se encuentra en las filas para las "cajas rápidas" de los supermercados. He visto más de una vez que hay cajas normales (funcionando y abiertas) con un solo cliente e igual la gente se coloca en las colas de las "cajas rápidas". Y esto vale para todas las edades.

Es cierto que en determinados supermercados y según la cantidad de gente que haya en tu fila no tenés visión sobre las restantes cajas, pero en el Disco de Quintana y Callao sobra visión e igual se produce esto.

Tal vez la confusión surja de que las cajas normales tienen un cartel que dice ENVÍOS A DOMICILIO, pero me resisto a creer que hay tanto salame suelto. Hasta que llegan las elecciones nacionales y veo los resultados...

Anónimo dijo...

Estimado Mr.Lex, no sé dónde vivirá Ud. pero yo sí vivo en uno de esos países y le puedo asegurar que puede envejecer en la fila sin que nadie salga a explicar un pomo.
Cuando caen en la cuenta de que las filas empiezan a competir con la Muralla china ahí habilitan más cajas.
Lo bueno es que generalmente ocurre en determinados lugares y con no demasiada asiduidad; y cuando alguno chilla, como en el programa de TV, digo... Esa es mi mujer! ;)
Saludos.

Nicolás dijo...

Por ahí llorarán cuando le toque el turno de carnearlos.
Yo ya no puedo sentir más asco y repugnancia de la que siento por los argentos.

Anónimo dijo...

Yo creo que la cuestión pasa por el hecho de que en los países civilizados, si ésto sucediera, seria una EXCEPCION.
N´est pas?
Emma Peel

Lex dijo...

Querido Anónimo, viví tres años en Londres -interrumpidos pero sumarizados- y de las contadas veces que sucedió siempre salió alguien a responder. Tanto sea habilitando más cajas cuando la espera rondaba los 20 min o explicando el problema por parlantes. Ni siquiera residí en una zona a la que uno se animaría a caminar de noche.

Ahora, si estamos hablando de EEUU te doy la derecha porque ahi sí es la ley de la jungla. Con excelentes recursos pero la jungla al fin.

Un saludo

Gus VF dijo...

Es interesante este tema, porque observar este tipo de comportamientos muchas veces es más revelador que el más sesudo análisis sociológico. Para mi desgracia, tengo casi el vicio de poner mi sabiola en permanente observación de este tipo de cosas cuando ando por la calle.

Para sumar una anécdota a este post, cuento la mía en Madrid: haciendo una cola de cinco personas en un banco (yo era el tercero) de repente me veo en medio de una batahola de gritos por parte de los cuatro restantes, reclamando a viva voz (con ese tono imperativo que desconoce la duda propio de los madrileños) que “a ver cuándo nos van a atender, coño”. Yo, argentino domesticado, ni me había molestado la situación, ¡máxime cuando veía que estaban atendiendo y la cola se movía! Así que lógicamente me sumé sorprendido y bastante sobreactuado a la protesta, que continuó por un minuto hasta que el GERENTE del banco tuvo que arremangarse y se puso a atendernos él mismo por la ventanilla!

P.D.: Don Enmas: en Callao y Quintana no les importa perder el tiempo porque son todos oligarcas que viven alegremente sin trabajar Explotando y Haciendo Sufrir a su Pueblo™ (recordando el humor de EOC!).

Anónimo dijo...

La Sra. Peel entendió lo que quise decir. Pourrait être ma voisine...

Mr. Lex, en London, britishness.
En BA, brutishness... :D

En resumidas cuentas, está claro que las demoras son excepciones y por éso quizás la gente no se calienta. Y algo de educación, también.

En cuanto a los argentinos, es posible que ya se sientan anestesiados ante todo, que estén como adormilados. Menos efervescentes?
O entregados.

Lo bueno sería que, ya que no se alteran por nimiedades como la cola del super, aprovecharan la energía que no gastan y SI se encolerizaran ante los hechos gravísimos que vienen sucediendo ininterrumpidadmente -desde hace años ya- y reaccionaran drástica y ejemplarmente de una buena vez.

Salut!

Anónimo dijo...

Y siguiendo con este tema de hacer mansamente las colas, hay otra reflexión que me hago irremediablemente cada dos años: pensar que estoy acá, de pié y perdiendo mi tiempo, para darle permiso a alguien para que robe y/o le "dé trabajo" muy bien pago a familiares y amigos, durante cuatro años. No lo puedo evitar, es mi pensamiento recurrente cada vez que voy a votar.
Emma Peel

Anónimo dijo...

Una situación ideal para que alguien imite a Michael Douglas en "Día de Furia".

Andrés

Paulette dijo...

que identificada me siento!