Estos tipos tendrían que seguir el ejemplo de esa defensora de los animales americana que durante un encierro en San Fermín en Pamplona, saltó las vallas en el peor lugar posible del recorrido: la curva de la calle Mercaderes hacia Estafeta.
En esa curva los toros se abren bastante y, si la calle está mojada y resbalosa, patinan, se caen amontonados y chocan contra la valla y siguen el recorrido con bastante furia en su cerebro.
Ahí fue que saltó la gringa descerebrada munida de una pancarta a favor de los toros...
Uno de ellos la vió, la activista era voluminosa y era jodido no verla, no sólo por su envergadura sino porque era la única que no corría y que saltaba y gritaba.
El toro analfabeto se le fue al humo y la ensartó e incrustó contra una pared, la revoleó por el aire y le volvió a pegar cornadas y embestidas que la sacudieron como a un muñeco de trapo desmadejado.
En una revoleada por el aire, la mujer cayó despatarrada cerca de las vallas y los espectadores duchos trataron de pasarla por debajo de la valla.
Les costó pasarla por su volumen, pero recibieron una ayudita final del toro que le metió un golpe con el testuz que la pasó de prepo por debajo.
Aclaro que toda la escena no debe haber durado ni un minuto, pero fue aterradora porque había decenas de pamplonitas agarrando el toro por el rabo o golpeándole el lomo con diarios enrollados para distraerlo de la víctima y el toro no aflojaba en sus ataques.
Como parece que Dios protege a algunos estúpidos bien intencionados, la gorda sobrevivió a sus graves heridas después de una larga internación y reiteradas operaciones.
Creo que ahora tiene una carnicería vacuna en su país... Si buscan, está en Internet el video.
Ud. no habría saltado frente a los toros para protestar porque no es estúpida.
Fue un acto sin ningún sentido el de esa mujer.
Me encantan los perros, pero ni se me ocurriría interponer mi cuerpo en una pelea de mastines desconocidos porque voy a terminar mal porque me morderán o matarán seguro.
La acción de esa mujer no fue heroica sino absolutamente idiota e irresponsable porque no logró nada, ni en el plano de los gestos morales o principistas, y menos aún en términos prácticos. Hasta las organizaciones españolas antitaurinas se callaron la boca por su acto.
Lo que conté pasó hace varios años atrás y siguen los encierros de San Fermín haciéndose como siempre. No se cambia una tradición, aunque sea poco civilizada, con un gesto tonto.
Hay mejores causas por las que inmolarse en todo caso.
Bueno Jorge, yo no estaría tan seguro de que los animales no votan. Mire lo que pasa en la Argentina, y a lo que nos llevó…
En cuanto a los toros, tengo sentimientos encontrados. Admiro el arte taurino, su tradición, su ambiente, el coraje… pero a veces termino pensando que es bastante bestia la cosa, resabios del circo romano, qué se yo.
Y para protesta en todo caso me gustó la de Pilar Rahola y un grupo de mujeres que amenazaron a sus maridos a que si ellos se iban al San Fermín ellas iban a ir también ¡pero desnudas! Joooder…
5 comentarios:
Estos tipos tendrían que seguir el ejemplo de esa defensora de los animales americana que durante un encierro en San Fermín en Pamplona, saltó las vallas en el peor lugar posible del recorrido: la curva de la calle Mercaderes hacia Estafeta.
En esa curva los toros se abren bastante y, si la calle está mojada y resbalosa, patinan, se caen amontonados y chocan contra la valla y siguen el recorrido con bastante furia en su cerebro.
Ahí fue que saltó la gringa descerebrada munida de una pancarta a favor de los toros...
Uno de ellos la vió, la activista era voluminosa y era jodido no verla, no sólo por su envergadura sino porque era la única que no corría y que saltaba y gritaba.
El toro analfabeto se le fue al humo y la ensartó e incrustó contra una pared, la revoleó por el aire y le volvió a pegar cornadas y embestidas que la sacudieron como a un muñeco de trapo desmadejado.
En una revoleada por el aire, la mujer cayó despatarrada cerca de las vallas y los espectadores duchos trataron de pasarla por debajo de la valla.
Les costó pasarla por su volumen, pero recibieron una ayudita final del toro que le metió un golpe con el testuz que la pasó de prepo por debajo.
Aclaro que toda la escena no debe haber durado ni un minuto, pero fue aterradora porque había decenas de pamplonitas agarrando el toro por el rabo o golpeándole el lomo con diarios enrollados para distraerlo de la víctima y el toro no aflojaba en sus ataques.
Como parece que Dios protege a algunos estúpidos bien intencionados, la gorda sobrevivió a sus graves heridas después de una larga internación y reiteradas operaciones.
Creo que ahora tiene una carnicería vacuna en su país...
Si buscan, está en Internet el video.
Y qué tal si España se vuelve civilizada y deja en paz a los toros?
Emma Peel
Le cambiamos una letra y Anibal Fernandez ya tiene su plataforma.
Mi estimada Emma: no es lógico su comentario.
Ud. no habría saltado frente a los toros para protestar porque no es estúpida.
Fue un acto sin ningún sentido el de esa mujer.
Me encantan los perros, pero ni se me ocurriría interponer mi cuerpo en una pelea de mastines desconocidos porque voy a terminar mal porque me morderán o matarán seguro.
La acción de esa mujer no fue heroica sino absolutamente idiota e irresponsable porque no logró nada, ni en el plano de los gestos morales o principistas, y menos aún en términos prácticos. Hasta las organizaciones españolas antitaurinas se callaron la boca por su acto.
Lo que conté pasó hace varios años atrás y siguen los encierros de San Fermín haciéndose como siempre. No se cambia una tradición, aunque sea poco civilizada, con un gesto tonto.
Hay mejores causas por las que inmolarse en todo caso.
Bueno Jorge, yo no estaría tan seguro de que los animales no votan. Mire lo que pasa en la Argentina, y a lo que nos llevó…
En cuanto a los toros, tengo sentimientos encontrados. Admiro el arte taurino, su tradición, su ambiente, el coraje… pero a veces termino pensando que es bastante bestia la cosa, resabios del circo romano, qué se yo.
Y para protesta en todo caso me gustó la de Pilar Rahola y un grupo de mujeres que amenazaron a sus maridos a que si ellos se iban al San Fermín ellas iban a ir también ¡pero desnudas! Joooder…
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