Lo más notable de este caso ha sido ver la cantidad de gente que, de una manera u otra, justificaba a Suárez porque otros jugadores, que pegaron patadas y codazos malintencionados que podían lesionar gravemente al agredido, no fueron sancionados con base en videos posteriores al momento del hecho.
Sin perjuicio de que habría que analizar la posibilidad de revisar los partidos viendo los videos para detectar conductas antideportivas que el árbitro no vió ni sancionó, me parece que los defensores de Suárez erraron el vizcachazo.
Se olvidan de que no existen deportes en los que se utilice una pelota que deba jugarse con los pies, con las manos, con bate, raqueta o stick (o con lo que sea), que incluyan morder al rival como forma legítima de jugar o tan siquiera señalen el morder como una falta más o menos previsible y punible.
En cambio, las patadas intencionales, las trompadas y codazos son faltas habituales en esos deportes que tienen su castigo previsto conforme la gravedad del caso.
Esas reglamentaciones no explicitan que también está prohibido cortar de un navajazo al contrario, golpearlo con un termo o clavarle una bombilla, pero sin duda son conductas antideportivas (y posibles delitos penales)que deben castigarse, aunque a otro jugador no lo expulsen por reventarle el cuádriceps a un rival.
No es normal morder a un rival y menos aún cuando es una conducta repetida en el mismo jugador.
Me parecieron lamentables, pero comprensibles, las actitudes de cerrada defensa de la conducta enferma de Suárez por parte de Tavárez o de los jugadores como Lugano que reaccionan corporativamente sabiendo que pierden a un fundamental jugador en medio del Mundial.
Pero en gente como Mugica y buena parte de la opinión pública uruguaya, esa defensa me pareció patética e irresponsable.
Suárez y sus mordiscos son un síntoma de enfermedad psicológica que debe ser tratada y espero, pueda curarse.
La defensa cerrada de la conducta de Suárez, me temo que son un síntoma de una enfermedad social más grave y seria.
4 comentarios:
Lo más notable de este caso ha sido ver la cantidad de gente que, de una manera u otra, justificaba a Suárez porque otros jugadores, que pegaron patadas y codazos malintencionados que podían lesionar gravemente al agredido, no fueron sancionados con base en videos posteriores al momento del hecho.
Sin perjuicio de que habría que analizar la posibilidad de revisar los partidos viendo los videos para detectar conductas antideportivas que el árbitro no vió ni sancionó, me parece que los defensores de Suárez erraron el vizcachazo.
Se olvidan de que no existen deportes en los que se utilice una pelota que deba jugarse con los pies, con las manos, con bate, raqueta o stick (o con lo que sea), que incluyan morder al rival como forma legítima de jugar o tan siquiera señalen el morder como una falta más o menos previsible y punible.
En cambio, las patadas intencionales, las trompadas y codazos son faltas habituales en esos deportes que tienen su castigo previsto conforme la gravedad del caso.
Esas reglamentaciones no explicitan que también está prohibido cortar de un navajazo al contrario, golpearlo con un termo o clavarle una bombilla, pero sin duda son conductas antideportivas (y posibles delitos penales)que deben castigarse, aunque a otro jugador no lo expulsen por reventarle el cuádriceps a un rival.
No es normal morder a un rival y menos aún cuando es una conducta repetida en el mismo jugador.
Me parecieron lamentables, pero comprensibles, las actitudes de cerrada defensa de la conducta enferma de Suárez por parte de Tavárez o de los jugadores como Lugano que reaccionan corporativamente sabiendo que pierden a un fundamental jugador en medio del Mundial.
Pero en gente como Mugica y buena parte de la opinión pública uruguaya, esa defensa me pareció patética e irresponsable.
Suárez y sus mordiscos son un síntoma de enfermedad psicológica que debe ser tratada y espero, pueda curarse.
La defensa cerrada de la conducta de Suárez, me temo que son un síntoma de una enfermedad social más grave y seria.
Probá morder en un partido de rugby
Tal cual. A Senatore le aplicaron 9 semanas, y eso que mordió con el protector bucal puesto!
http://espndeportes.espn.go.com/news/story?id=1886471&s=rug&type=story
Y en el fútbol de primer nivel mundial, ni siquiera hay antecedentes de mordidas como las de Jaws Suárez.
Hasta la primer mordida de Suárez jugando en el Ajax, nunca había pasado un caso así, después tampoco...
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