La historia cuenta que la madama de un conocido burdel de la ciudad de Rosario, frecuentado por políticos de todos los partidos, había hecho enlozar en un inodoro la imagen del entonces presidente de la nación. De esa manera todos los clientes se cagaban en Perón. Dicen las malas lenguas que nadie se atrevió jamás a decirle nada.
2 comentarios:
Una capa, la doña.
Yo hago mis aportes.
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