Veterano de guerra Bernard Jordan |
Estaba internado en un asilo en Hove, Inglaterra, y desoyendo la expresa prohibición de sus cuidadores, se escapó, ocultando sus condecoraciones abajo de un impermeable, porque quería estar el 6 de junio de 2014 en Normandía para encontrarse con sus camaradas veteranos. Los del asilo recién lo localizaron 12 horas después allí ya que el viejo lobo de mar se las había arreglado llegar a Francia.
Seré un sensiblero, pero no puedo imaginar un placer mejor para un marino veterano de 89 años que quiere estar con sus camaradas en el lugar en que compartieron el peligro. Y si luego se muere por el esfuerzo realizado, se ganó ese derecho desde hace rato y se dió el gran gusto de estar ahí, en Normandía, honrando a sus compañeros caídos en el cumplimiento del deber.
No soy muy ducho en condecoraciones británicas, pero me parece que luce la Estrella de 1939-1945, la Estrella del Atlántico 1939-1945, la Estrella de la Campaña de Italia yMedallas de las campañas de Francia y Alemania, aunque puedo equivocarme y agradeceré si alguien puede ilustrarme al respecto. Es probable que este hombre no tenga familia o que, si la tiene, habrán tenido sus razones para internarlo en un asilo dada su avanzada edad.
Ahora bien, ¡Qué espíritu tiene ese anciano guerrero! Vaya mi humilde homenaje hacia un bravo marino y buen camarada.
La nota completa en :http://www.thetimes.co.uk/tto/news/uk/article4111468.ece
8 comentarios:
Las tiene cuadradas, el hombre.
Felicitaciones.
Impactante, Enmascarado.
Qué diferencia con lo sissy de las generaciones posteriores.
Grande camarada!
BB, me encantó lo de sissy. Este veterano es un ejemplo de ese espíritu al estilo Churchill que, a mí, me gusta mucho.
Lo que también impacta es la falta de criterio y de sentido de la camaradería que mostraron los del asilo al negarle el permiso para que viajase.
Entiendo que puedan haberse asustado ante la posibilidad de un juicio por abandono o negligencia, o de convicción médica de cuidar al paciente desvalido, si lo autorizaban a ir, pero dado el ambiente políticamente correcto que hace que el militar sea visto como pis y caca debe haber influido en la falta de comprensión de satisfacer un deseo profundo de un hombre muy viejo y y con poca vida por delante.
Y el veterano Jordan les había dicho que viajaría con otros veteranos de guerra en un autobús
fletado especialmente para este viaje, es decir, que no iba a ir solo y desamparado.
Igual no le hicieron caso a su pedido, pero no tuvieron en cuenta la voluntad de un marino profesional de toda la vida y veterano de guerra.
Y el viejo marino se pasó por el forro de la quilla las prohibiciones y prevenciones de sus custodios y se rajó de noche con sus amigotes en el bondi con rumbo a Normandía.
¡Me hubiera encantado oír cómo se deben haber cagado de risa los viejos de haberles dado por el saco a los mocosos guardianes! (A los 89 años de edad, mocosos son los de 60 años para abajo).
Y si después de los actos y homenajes en Memoria de los Caídos, se agarraron una flor de curda con Calvados o cerveza, me alegro mucho por ellos. Well done, old chaps!
Emocionante, don Enmas, muy buen post. Creo que no sólo habrá influido el común menosprecio que existe hoy por todo lo concerniente a lo militar, también y a una escala mayor, se sabe que hoy Europa y Occidente en general olvidan Normandía.
No todos, por supuesto. Me cuentan que se vio por televisión hace poco a un periodista norteamericano que fue a Normandía a hacer una nota y que a una viejita francesa, que vivió en carne propia aquel momento, se le llenaron los ojos de lágrimas cuando vio al reportero. “¿Eres norteamericano? Siempre, siempre estaré agradecida por lo que ustedes hicieron por nosotros.”
Pero uniendo estas dos anécdotas, la del anciano inglés y la de la anciana francesa, seguramente se comprueba que al desembarco de los Aliados sólo lo valoran hoy los +80 (y siempre y cuando no sean unos viejos chotos comunistas).
Estimado Gus: gracias por su amabilidad.
Le cuento que cuando visitamos Normandía con mi hijo en el año 2010, no tuve demasiadas ocasiones de hablar con franceses que hubieran vivido en tiempos de la II Guerra, pero sí con algunos de sus hijos, especialmente con los dueños de hosterías o pequeños restaurantes de la zona de Saint Lo y Avranches.
Nos contaron que la experiencia de la invasión aliada, según sus padres, había sido una mezcla de enorme alegría y de terribles momentos de pánico porque los bombardeos aliados fueron tremendos y la batalla terrestre fue muy prolongada y costó muchísimas vidas de civiles normandos...
C'est la guerre, decían.
Los festejos, que descarto fueron organizados por el gobierno francés, incluyeron a Vladimir Putin, hoy apoderador de Crimea.
En 1984, cuando Reagan ocupaba la presidencia de los EEUU y aún no se había desmoronado el imperio soviético, (ver el video en el post "El día más largo") le envió un mensaje a la URSS para que abandonara sus ansias de conquista y abrazara la libertad.
Otros tiempos, otros líderes.
C’est la guerre. Algo así pero en holandés les respondieron a dos amigos míos que hace poco visitaron Hengelo, una ciudad de los Países Bajos en la frontera con Alemania, cuando preguntaron por qué toda la ciudad era tan nueva, de edificación moderna. “Durante la WWII nos bombardearon de ambos bandos, pero la ciudad quedó arrasada cuando los Aliados, en un ataque aéreo nocturno, le erraron al objetivo que era otra ciudad vecina del lado alemán. Hubo que reconstruirla casi totalmente”. Cést la guerre, otra vez.
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