17 de junio de 2014

Pagadioseros seriales


Hace un par de días la VE decía que era falso que la Argentina fuera un defaulteador serial.
Nada mas que para chequear que miente como cada vez que abre la boca, me puse a compilar las oportunidades en que el país dejó de honrar sus deudas. A lo mejor me falta alguna, si Uds se acuerdan por favor me avisan:

1828: se deja de pagar el empréstito Baring
(entre 1827 y 1862 dudo que se haya negociado algún otro préstamo en el exterior)
1890: cesación de pagos, caída de Juárez Celman
1982: cesación de pagos, post Malvinas
1988: cesación de pagos post Crisis de Deuda Mexicana
2001: cesación de pagos, post convertibilidad

Son 4, o 5 veces según crean que en 1828 se podía hablar de una República Argentina (yo no creo tal cosa).
Si cualquiera de nosotros hubiera incumplido deudas 4 veces estaría quebrado y con página de honor en el Veraz. En cambio, nuestros políticos se hacen los gallitos y salen a hablar de soberanía y dignidad.

6 comentarios:

Mariano Iraola dijo...

Rubén, ¿el efecto tequila no fue a mediados de los noventas? ¿o hubo uno anterior?

BlogBis dijo...

Si, si. Cierto. Eso me pasa por escribir sin chequear. En el 88 fue el despelote de los bonos mexicanos que dio origen al Plan Brady

BlogBis dijo...

Ahí lo corregí

Gus VF dijo...

Un país con un altísimo porcentaje de gente con mentalidad delincuencial que se enamora y elige a delincuentes para que los gobiernen. Les encanta ser los malevos del mundo, a lo macho, si tenés mucho apego a lo formal o a lo legal, sos puto. Esto se vive en la vida diaria, en la calle, en los consorcios, en las oficinas, en los talleres, en los clubes, en las escuelas, en las redes sociales. Es la argentinidad, estúpido.

Y no me vengan con sensiblerías tipo “hay mucha gente engañada en su inocencia”. No digo que no la haya, pero tengo experiencia trabajando en grupos y nunca vi resultados grupales mejores que el promedio que pueden ofrecer sus integrantes individualmente. Como sociedad somos lo que somos, lo que hacemos, lo que pensamos, lo que decimos y lo que elegimos ser: nuestros gobiernos no nacen de un repollo. El peronismo es un viejo decrépito que ya cumplió 71 años, una edad en la que poco y nada se puede hacer para cambiar o aprender. Y a pesar que ahora le toca pagar el precio por su vida canalla, solo y abandonado por el mundo, no deja siquiera un recambio generacional: nadie más viejo choto que el más joven de los peronistas.

Argentinos, peronchos de cuarta, a gozar!!!

Anónimo dijo...

Comparto tu opinión Gus. No todos los argentinos somos zurdos hipócritas, peronchos o imbéciles, eh?
Emma Peel

Gus VF dijo...

Por supuesto, Emma. Por eso vengo a este bar, vió? no es tan común encontrar por las calles argentinas uno con gente que piense así.