Economía, competencia y fútbol

Algunos lectores dirán que soy repetitivo porque siempre me refiero a este asunto al cabo de los mundiales.

Es curioso que los argentinos, siendo tan fanáticos del fútbol, no sean conscientes de que el mecanismo que lo mueve y que le granjea los éxitos de los que hoy disfrutan no tiene nada que ver con el que ellos mismos eligen para manejar el país y su economía.

Creo que sería interesante que los políticos o economistas que quieren popularizar la liberalización de la economía no usen el fútbol como metáfora del éxito de este sistema.

Me pregunto qué pasaría, y qué dirían los argentinos, si los jugadores de la selección pusieran por delante sus derechos gremiales antes que la camiseta. ¿Qué pasaría si los miembros del equipo albiceleste fueran elegidos con el mismo criterio con el que se elige a un vicepresidente o a un ministro de economía?

¿Qué sucedería si el director técnico nacional tuviera que elegir "vivir con lo nuestro" y no pudiera convocar a jugadores formados y entrenados en equipos extranjeros? (como hecho anecdótico vean el caso Romero y Van Gaal aunque hay muchos casos bastante conocidos).

Con las selecciones extranjeras se puede decir algo similar. Es el caso de España en 2010 y Alemania en este mundial, países en cuyas ligas juegan multitud de jugadores extranjeros y sin embargo eso no parece ir en detrimento de la competitividad de sus equipos nacionales. ¿Qué pasaría si se aplicara en esos países el cepo a la compra de jugadores extranjeros o a la contratación de entrenadores de otros países?

Se me ocurre una medida didáctica, como por ejemplo obligar a que los equipos distribuyan los goles y los puntos de la primera ronda entre las formaciones menos favorecidas y que luego un comité calificador determine qué equipo pasa a octavos, por ejemplo. Teniendo en cuenta, claro está, criterios de ecuanimidad y respeto por los más débiles y desfavorecidos. Sin olvidar la correcta representación de todo tipo de razas y credos.

Obviamente, en las fases eliminatorias se evitaría que los equipos más poderosos pongan en la cancha a sus máximas estrellas, para evitar una competencia despareja.

Ojo, que yo de fútbol no sé nada. Hablo un poco de oído. Cualquier lector puede aportar lo suyo o bien mostrarme que estoy equivocado si es el caso.