Anoche pude ver un fenómeno único. Siendo que es época de fiestas, despedidas de año y graduaciones, a la madrugada andaba dando vuelta por la ciudad, cosa que no es nada frecuente dado mis horarios laborales habituales. En el shopping del parque Scalabrini Ortiz, que tiene como tienda ancla un supermercado Coto, la actividad era inusual para la hora, porque acá en Rosario salvo en temporada de saqueos uno no ve gente cargando bolsas de supermercados, televisores, microondas o incluso muebles de jardín a eso de las dos y media de la matina.
Resulta que la cadena había implementado un insólito horario de ofertas de 22 a 3AM... y montones de gentes acudieron al llamado del consumo.
Yo había visto el aviso en el diario, y la verdad que jamás se me ocurrió que alguien iba a dar bola a semejante campaña. Pero le erré, lo que me dió gran satisfacción. Parece que a pesar de que el sueño húmedo de la progresía es la de derivar a una sociedad a la cubana (o, quizás -y ojalá- a lo que en breve puede dejar de ser la cubana) a la gente de a pié le encanta el anzuelo, la carnada, y la celebración modestamente capitalista de darse un gusto oferta mediante.
A todos los ideólogos progres del fracaso: la naturaleza humana es más fuerte. TV Smart 3D mata ideología
(véase a propósito nota de Infobae, de donde afané la foto)
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6 comentarios:
Muy bueno, Don BB.
Además, que patada en el cerebro de estos tontuelos progrezurdos...
El problema es que mucha de la gente que estaba en el Shopping cree que la libreta de racionamiento se la van a dar al vecino y no a ellos.
Es cierto que esto revela cuál es la naturaleza humana, pero también habría que preguntarse cuántos de esos consumidores que se ven en la foto ganaron su guita gracias a un empleo genuino y no por calentar una silla en un puestito improductivo o gracias a un plan costeado por los que realmente laburan y producen y que seguramente están muy cansados como para salir a comprar en horarios marginales… ¡y ahí no sé si se trata tanto de una auténtica celebración capitalista! Si contextualizamos… esto es Peronia, a no engañarse. Y Peronia se aleja cada día más de los conceptos fundamentales del capitalismo, aunque irresponsable e hipócritamente guste disfrutar de los TV Smart 3D.
Ni tanto ni tan poco, Gus.
Rescato lo de la hipocresía. Tantísima gente disfruta los beneficios del capitalismo pero se mea con las promesas del populismo socializante. Y tantísima gente se banca los desplantes anticapitalistas de la política porque no sabe atar causa-efecto.
Como vengo diciendo hace rato, el gran problema es educativo: la gente como en todos lados aprecia las ventajas de la sociedad capitalista, pero no sabe que estas ventajas no se las da una economía controlada.
La libertad pierde por no saber informar, ni formar. Hace rato que el liberalismo bajó los brazos y se entregó al lamento autocompasivo.
Siempre he sostenido lo mismo: la gente en este país es capitalista. El grave problema que ha tenido el desarrollo capitalista del país es su dirigencia (especialmente la dirigencia política y sus cómplices, los pseudo empresarios prebendarios).
El día que la gente pueda votar por lo que realmente quiere, y no solamente tener que optar por lo menos malo en la escasa oferta que el hermético sistema político-partidario ofrece, ese hecho será más que evidente.
Mi estimado Olegario, ojalá tengas toda la razón, porque si todo el problema argentino es tener que sacarse de encima una camarilla de políticos y “empresarios” corruptos, la solución está a la vuelta de la esquina. Pero la verdad es que yo pienso que el desastre argentino es más profundo porque es cultural, sus clases dirigentes y empresariales no nacieron de un repollo y si bien los he puteado toda mi vida, nunca les negué la condición de ser cabales representantes de esa peronia way of life que una inmensa mayoría practica en este país. He visto y comprobado personalmente en infinidad de oportunidades cómo a escala de pequeñas asociaciones, incluidas las familiares, se repite a escala lo que sucede a nivel país.
Por eso tampoco creo que el argentino promedio actual sea capitalista, en tanto serlo implica respetar los derechos del otro, cumplir con la palabra empeñada, buscar un marco de igualdad ante la ley no una igualdad de resultados, no vivir por encima de sus posibilidades productivas y un montón de otras ‘entelequias inentendibles’ (éticas antes que económicas) para el homo peroniensis. Lo que busca son los beneficios del capitalismo, que es muy otra cosa, y es a lo que me referí en mi primer comentario.
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