En los últimos 13 años el gobierno argentino ha dicho las sandeces más monumentales respecto a la cuestión de Malvinas. Desconociendo el hecho concreto de una guerra perdida. Indudable e irremediablemente perdida, e ignorando además la absoluta incapacidad fáctica luego de esa derrota y posterior desmantelamiento de la capacidad militar local que dejó el único artgumento del discurso, para los que la única audiencia amable que se encuentra es la del circo de la Unasur, porque ya ni "no alineados" quedan.
Presidentes, cancilleres, y sobre todo los sucesivos impresentables que han sido designados como embajadores en UK han dicho las estupideces más monumentales. Desde confundir propulsión nuclear con un "arma nuclear" a sostener que probar un misil antiaéreo es una provocación. Desde infelices reivindicaciones de secuestradores de aviones, a apolillados discursos de antiimperialismo sesentista dignos de una asamblea de centro de estudiantes secundarios de la época de Lanusse.
En todo este tiempo, al menos a mi me pareció que esas estupideces para la tribuna doméstica eran ignoradas en otros lados. Que sabiendo de quién vienen se echaba un piadoso manto de desatención.
Pero resulta que no.
En un ampliado espacio dedicado a la Guerra de Malvinas en el Imperial War Museum, al lado de un cañon antiáreo Rheinmetall y de una mesa de operaciones portátil capturada al bando argentino (el cañon impecable, la mesa una porquería vieja, revirada y enclenque), una mesa de vidrio exhibe una solicitada de la VE, y comentarios diversos recortados de diarios sobre las incendiarias declaraciones argentinas.
La verdad, en ese entorno me dió verguenza el pasaporte.
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3 comentarios:
Bueno, ya sumamos tantos papelones internacionales... ¿qué le hace una mancha más al tigre?
Por suerte para mi y para mis hijos, todos tenemos pasaporte de la UE. Te ahorra varias vergüenzas.
Y el papelón que pretenden hacer. Están haciendo ejercicios militares para la recuperación de Malvinas. Aparentemente quieren apostar un grupo de las fuerzas armadas. Supuestamente Putin mandaría las armas, a cambio de productos agrícolas. Para eso vino hace unos meses, cuando la VE brindó con él, agarrando la copa tan mal, como la grasa tolosana que es.
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