16 de abril de 2015
Roman pontifex emeritus, prosit
Alguna vez leí una biografía de Joseph Ratzinger, donde pintaban que nunca quiso llegar al lugar que ocupó. Que le pedía repetidamente a su amigo Karol Wojtyla que lo mandara de vuelta a Alemania a enseñar en la Universidad (enseño en las de Bonn, Münster, Tübingen, y en Regensburg donde fue algo así como Vice-Rector). Pero las circunstancias lo llevaron primero al Vaticano, después a convertirse en apoyo teológico de JPII y después en su sucesor, obligado a llenar unos zapatos enormes.
Debe haber requerido una voluntad enorme renunciar para convertirse en el primer Papa Emérito. Acaba de cumplir 88, y como corresponde celebró con un buen tankard de cerveza bávara.
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1 comentario:
Salú, don Pepe
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