Las elecciones de ayer dejan mucha tela para cortar. Pero el primer recorte que hago es local, y tiene que ver con el pasaje a la intrascendencia del Socialismo, que vuelve a quedar limitado a ser un partido local. Cierto que ganó Rosario (raspando) y que se quedó con la Provincia (por un pelo), pero ayer perdió casi toda su fuerza parlamentaria: de cinco diputados va a quedar con uno, y peor aún su figura nacional, Herr Mes Binner no solo se quedó mirando en la elección a Senador sino que se quedó mirando desde lejos. El cuarto lugar para ser precisos.
Entre todas las facturas que se pasaron ayer creo que el Socialismo y el artificial Frente Cívico y Social (es decir el socialismo mas una banda de radicales que le entregaron el tujes a los socialistas) pagaron por ser funcionales a nivel nacional al kirchnerismo. Votaron como los K siempre que pudieron, escupieron sobre la posibilidad de ir con Cambiemos, y todavía mantienen a algún personaje que execra a Sanz, a Morales, a Lilita y al resto de los radicales que se aliaron al PRO para apalear al antirepublicanismo kirchnerista. La payasada de la tijera fue un perfecto resumen de la política que implementaron, con el absurdo de poner un candidato al Parlasur en la boleta de Stolbizer mientras sotto voce le ponían los votos a Scioli, como demuestra -al menos- el resultado en Rosario.
Por el camino que van en cuatro años se terminan de eclipsar.
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