Recién hoy caí en la cuenta que un club del fútbol de la B honra a Sir Douglas Haig, comandante de la British Expeditionary Force entre 1915 y el final de la Primera Guerra Mundial. No es que no supiera de la existencia del Dúglas-Jái de Pergamino, pero no había hecho la relación hasta ahora.
Ahora me pregunto si Defensores de Cambaceres tiene que ver (indirectamente, por el barrio homónimo preexistente) con Jean Jaques Regis de Cambacérès, duque de Parma y autor del Código Napoleónico. Sería muy insólito.
Follow @tweetbis
Tweet
3 comentarios:
Cambaceres es un barrio de la localidad de Ensenada, asentado sobre la costa del río Santiago, entre los arroyos Doña Flora y La Fama. El barrio tiene su origen en el Saladero "Tres de Febrero", propiedad del químico francés Antonio Cambaceres, que comenzó a operar en 1872, y en el caserío que en su derredor fueron construyendo los empleados del mismo.
Antonio Cambaceres fue un técnico industrial que perfeccionó el sistema de salazón de la carne y el aprovechamiento de los subproductos de la vaca que hasta entonces se desechaban. Fue el primer presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), participó del directorio del Ferrocarril Oeste y fue senador nacional por la Provincia de Buenos Aires.
Llegó a Buenos Aires en 1824 contratado por el gobierno. Había estudiado en la Facultad de Montpellier como alumno de Chaptal. Poco después de su llegada, desposó a Rufina Alais, con quien tuvo cuatro hijos: Antonino, Ludovica, Eugenio y Delfina. Con la herencia de su suegro adquirió tierras y, más tarde, saladeros. Sus hijos, Antonino y Eugenio, fueron políticos influyentes, el último, además, escritor conocido.
Existe la leyenda de que "Antoine de Cambacérès" era hijo ilegítimo de Jean-Jacques Régis de Cambacérès. Pero, en realidad, Antonio era hijo de un primo, el mariscal de campo Joseph Charles de Cambacérès-Murles, y de Suzanne Pons.
Walter me imaginaba que era por el barrio, muy buena la relación del Cambaceres aludido.
La camiseta de Douglas Haig es roja y negra.
Publicar un comentario