6 de marzo de 2016

Catástrofe terminal


El 26 de abril de 1986 una inconcebible sucesión de fallas de maniobra, sumadas a la pobre seguridad intrínseca del diseño del reactor tipo  RBK-1000 ocasionaron la explosión del recipiente del reactor Nº4 de la central Vladimir Lenin, y el subsiguiente incendio de los elementos moderadores de grafito, disparando a los alrededores materiales altamente radioactivos del núcleo y disipando miles de toneladas de radionúclidos que contaminaron el área mediata (hoy Ucrania, Belarus y Rusia).

Así, la ciudad ucraniana de Chernobyl apareció en el mapa del mundo, gracias al peor accidente nuclear  de la historia (liberó 400 veces mas residuos que Hiroshima) ya que aunque de entrada murieron sólo 31 personas a esta altura se calcula que los muertos causados por el episodio llegan a los 200.000. Aunque alguno sostiene que pasan el millón, incluyendo las muertes por alcoholismo y suicidio.

En estos días estoy leyendo Voces de Chernobyl  de Svetlana Alexievich. El libro se detiene en las consecuencias humanas de la catástrofe: gente de los pueblos cercanos obligada a migrar; gente simple de las aldeas que ha vuelto a vivir en la tierra contaminada; paisanos que mueren sin entender que es eso de la radiación, que ni se ve ni se huele; mujeres que han parido chicos discapacitados, gente que ha visto deshacerse por la contaminación a la familia, a los esposos, los hijos. Y sobre todo gente que se dio cuenta trágicamente que con la central nuclear explotó un sistema de mentiras y engaño, un país de fantasía y propaganda como era la Unión Soviética. Que atrás del reactor había explotado el comunismo.  Que la gente se moría, a montones, no en una guerra, no en acciones heroicas, sino exponiendose estúpidamente a contaminantes liberados estúpidamente, mientras la publicidad pretendía  engañar a todos estúpidamente. 

Da para pensar cómo el comunismo se derrumbó tan fácil tres, cuatro años después. Cómo prácticamente no hubo reacción -salvo la intentona golpista del 91- para detener la caída de un régimen de 70 años. Da para pensar cuánto tuvo que ver Chernobyl en ese proceso. 

Es inevitable para mi hacer comparaciones. La Argentina no sufrió una catástrofe puntual pero si una sumatoria de tragedias menores. Desde las muertes en las rutas, a los muertos en los trenes, de los muertos por la delincuencia a los muertos por desnutrición. Otro régimen tan nefasto como el comunismo arruinó miles y miles de vidas. Pero no hubo un echo identificable con hora y fecha. Ojalá no haga falta, y igual que el comunismo soviético podamos  cerrar una etapa. 

73 años pasaron desde la revolución rusa y la caída de la URSS. Este año se van a cumplir 73 años de la Revolución del 43. 




Un par de notas:
  • Si a alguno le interesa, en 2002 cuando trabajaba en temas afines traduje un paper de la IAEA sobre el desarrollo del accidente. Hoy no encuentro el original online para enlazar, si alguien quiere enterarse del tema me lo pide
  • La imagen de arriba es una extraordinaria reconstrucción digital, hecha para la serie de TV ucraniana Inseparables
  • Los activistas anti nucleares, y la prensa -bruta generalmente- compararon sin fundamento las pérdidas del reactor Fukushima Daiichi con Chernobyl. Para tener una idea, el nivel de radiación en el peor momento del incidente Fukushima medido en proximidad del núcleo era de 400mSv/h, lo que se midió en la aldea de Krasnoe a 5km de Chernobyl, donde el núcleo "ardía" a 300.000 mSv/h.  100mSv/año es el umbral admitido para trabajadores de la industria nuclear. 



7 comentarios:

carancho dijo...

Excelente aporte, Don BB.

Pablo dijo...

Muy bueno BB. No se nada de Chernobil pero siempre pensé algo parecido respecto al nazismo.
Fue tan patente lo espantoso del legado nazi que salvo algún descerebrado a nadie se le ocurrió volver a levantar sus propuestas.
Estaría bueno que el Peronismo terminara en el pozo de las ideologías fallidas, y que lo único que lo mantuviera fuera un circo de imbéciles. Algo así como unos skinheads peronchos.

Tac-Tom dijo...

Espero que lo de los 73 años sea profético: que de acá a 4 años el peronismo vaya desapareciendo, ya sea por la perdida de diputados y senadores en 2017 y 2019, así como la erradicación progresiva de los feudos provinciales que son reductos que sostienen a la mafia del pj nacional.

Anónimo dijo...

¿Leyeron esto? Al parecer fue una gran mentira lo de las miles de muertes y el nivel de contaminación, léanlo es muy interesante.

http://www.mitosyfraudes.org/Nuke/Bluff.html

BlogBis dijo...

Anónimo también hay mucha gente que niega el Holocausto, y otra que cree que los Kirchner hicieron un buen gobierno.

Anónimo dijo...

¿Que tiene que ver una cosa con la otra? Te estoy mostrando otro punto de vista que muy bien puede ser cierto, me imagino que entonces no te debe molestar que los ecofascistas que llaman a los negadores del calentamiento global causado por el hombre de fascistas y los compara a los negadores del holocausto. ¿Investigaste un poquito
Lo que dice el artículo?

BlogBis dijo...

Mas que eso, tengo bastante en claro que HOY en la valla de acceso a la NPP Chernobyl los niveles de radioactividad hay puntos donde se mide 300/400 uSv/h y que hay sectores próximos a la planta ("apenas" unos 2000km2) donde el nivel de Cesio 137 pasa los 1500 kBq/m2

Y una cosa es defender la industria nuclear, cosa que a mi no solo me parece perfectamente válido y en la que coincido, y otra criticar la negligencia criminal del Estado Soviético.

Le agrego un punto mas. No se si leyó las notas que agregué al post. Hace unos añitos trabajé con temas vinculados a la contaminación radioactiva.

Y por último una mínima yapa. El artículo mentiroso que Ud presentó pone como equivalente el accidente de Three Mile Island con el de Chernobyl, cuando el primero sólo alcanzó a ser un Evento Clase 5 y Chernobyl llegó a se Clase 7 en la escala internacional de eventos nucleares. Digo, para empezar.