Restos de un helicóptero Puma derribado por fuego de fusilería en Grytviken el 3 de abril de 1982. A treinta y cinco años el país no ha logrado procesar ese episodio absurdo y todavía se lo celebra como una gesta patriótica, sin poder separar el debido homenaje a los caídos con la causa aberrante de la campaña.
2 comentarios:
Mientras no aceptemos la realidad de haber perdido las islas para siempre no vamos a saber que hacer con la memoria de la guerra. Pero nuestro nazionalismo no puede renunciar a una causa perdida que permita separar la patria de la antipatria.
Es increíble que los argentinos sean absolutamente incapaces de distinguir entre una gesta patriótica y el manotazo de ahogado de un gobierno de facto para aferrarse al poder.
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