El Néstor ha traído bajo el brazo cantidad de estupideces, pero ninguna del calibre y de las consecuencias que creo que traerá su romance con el tirano venezolano. El amor por Chávez, que seguramente debe estar fogoneado por algún río subterráneo de los dólares fáciles que el precio actual del petróleo le están dejando a Venezuela.
La primer visita de Chávez al país fue cuando la asunción del Néstor, en momentos en que la promesa era armar un tren con Brasil, que se engancharía a la locomotora socialista conducida por Fidel y fogoneada por el venezolano. Después vendría la decisión de Lula de optar por otros medios de transporte, las peleas comerciales con Brasil, y el arrobamiento por los negocios bilaterales con Venezuela que justificaron otra visita de Chávez, que incluyó propuestas de construcciones navales (promesas hasta ahora) y triangulaciones de Fuel Oil recibidas con bombos, platillos y quizá algún beneficio por el Arquitecto De Vido.
Ahora, apenas días después de que Condoleeza Rice lo señaló como uno de los riesgos regionales, Chávez vuelve a la Argentina, consolidando los lazos del Eje de los Babuinos (tambien conocido como el Eje de los Jaimicos), para proponer una cadena de televisión, que a modo de Al-Jazeera latinoamericana contraste lo que dicen los medios globales sobre la región. Qué triste, y qué anacrónico..
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