El Néstor mismo usó ésta frase hace unos días: "hay amores que matan".
De esos amores es el que con tanta devoción muestra por el venezolano Chávez, con el que se esfuerza por exhibir un generoso y cada vez más creativo repertorio de medidas neopopulistas.
Hoy la puesta en escena se hará en Avenida de Libertador (frente a la ESMA, el sitio del primer faux-pas severo del Néstor) donde tomaditos de la mano van a inaugurar una estación de servicio de PDVSA en la que simbólicamente (¿freudianamente?) le van a llenar el tanque a un Institec Justicialista.
En esa mise-en-scène van a celebrar el desembarco de la petrolera (estatal) venezolana al mercado argentino -seguramente motivo de festejos para más de un funcionario prendido en la operación- y van a recordar los delirios del campeón del populismo rampante, que en 1953 no escatimaba medios soñando con una industria automovilística estatal, iniciando una tradición que parece no tener fin: dilapidar miles de millones de fondos fiscales en intentos de reinventar la rueda.
El Néstor y su amigo Chávez ya han pergeñado varios de estos proyectos: la reactivación de las vetustas instalaciones (estatales) de Astilleros Río Santiago para construir unos petroleros fantasma para PDVSA Marina, la reapertura de los astilleros (estatales) Domeq García para fabricar improbables submarinos bolivarianos o la creación de una cadena de televisoras (estatales). Falta que se les de por construir en empresas estatales un nuevo auto deportivo.
Entre otras formas delirantes de patinarse fondos públicos pergeñaron la compra triangulada de fuel oil, recibida en el muelle mismo por el inefable ministro De Vido, en una actitud que ahora será retribuida por el Teniente Coronel presenciando en persona el embarque de 1000 vaquillonas.
Rodeándose de piqueteros (ver) , obstinándose en llamar a Perón "mi general" y vomitando clichés berretas de nacionalismo-latinoamericanismo, Chávez, que visita al Néstor por cuarta vez en lo que va de su mandato, es indudablemente uno de esos amores que matan. Mata toda ilusión de que la Argentina camine a integrarse al mundo.
2 comentarios:
¡Que grande, que epocas esas, de la gloriosa Argentina , económicamente soberana, cómo era la cosa? Para cuando el sistema operativo, diseñado en el Sillicon Valley estatal, para competir con MS y Linux? Le podemo poner Guindous, le podemo...
Ahí vamos latinaomerica. De la mano de este monito y su par el ave que no vuela, léase pingüino. Una lástima que el amor este nos mate a nosotros, no a ellos.
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