Si uno mira los conflictos que se armó el Néstor, que parecían gratuitos e inventados, puede encontrar una línea argumental clarísima: esmerilar toda institución que tuviera o coherencia interna o fuerza moral para reemplazar el rol de confrontación que la inexistente oposición no puede asumir. Eso explica el embate contra las Fuerzas Armadas, y ahora la avanzada contra la Iglesia.
Atrás de esta campaña por el control de la opinion está la línea argumental del Komissar Verbistky, que hoy expone sus maquinaciones y sus expectativas sobre las conductas del presidente en éste artículo. Mas allá del asco, vale la pena leerlo.
Del Nestítor esperábamos que fuera un títere de Duhalde, en cambio terminó siendo un títere de éste terrorista fallido que juega a ser el Catón de la República.
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