Ayer, fuera de sí porque los jueces de las cámaras federales se abroquelaron en una queja colectiva contra la injerencia del Poder Ejecutivo sobre el Judicial, el Néstor salió como desaforado a reclamar su derecho a opinar, desconociendo que desde el 25 de mayo de 2003 él debe guardar la investidura del cargo que ostenta, aunque lo haya recibido de rebote.
Calificó a las críticas de los magistrados como corporativas, en un uso paradójico del término, por parte de quién para construir poder ha reactivado a las estructuras sindicales y ha aceptado las demandas de las verdaderas corporaciones actuales: piqueteros, empresarios prebendarios, oenegés "progresistas". es paradójico también que quién se maneja a golpe de encuestas y a pulsiones de opinión pública critique a quienes se preocupan "de ver cómo cada uno queda posicionado, esa desesperación por ver quién se posiciona mejor en cada tema".
¿ Será que las fisuras que está empezando a mostrar su alianza setentista lo están poniendo frente a frente con la realidad? Por lo menos ayer reconoció públicamente dónde debería estar si las cosas estuvieran en su lugar, y tal vez incluso sobredimensionó sus posibilidades cuando dijo: "me tendría que ir a barrer la vereda afuera"
argenblogs
5 comentarios:
Fijate que yo creo que este tipo realmente es, nadie puede ser tan buen actor. Sus límites personales son reales, no son poses circunstanciales.
Por declaraciones como estas y sus numerosas actitudes y gestos, en España, el partido de centro-derecha PP (ex Aznar) concidera a K dentro del eje del mal Latinoamericano, junto con el payaso Chavez y el dinosaurio de Castro.
Así nos ven en el extranjero.
Gracias K!
PAblo
Fe de erratas:
Por la prisa, donde dice "concidera" debe decir "considera"
Mis disculpas
Pablo
Ni siquiera sirve para barrer. Excepto que sea barrer las oscuras miserias de sus gobiernos (municipal, provincial y nacional) debajo de la alfombra.
Pablo,
¿A quién le importa cómo nos ven en Europa, USA o Canadá?
Estamos muy bien vistos por Cuba, Venezuela, los seguidores de Evo Morales en Bolivia, Corea del Norte, la insurgencia irakí y alguna otra pujante nación centroafricana. Hacia allá vamos.
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