2 de mayo de 2005

Sin rumbo, o rumbo a Venezuela?

Creo que lo peor que tiene este gobierno argentino no es ni el revanchismo ideológico, ni la corrupción oculta, ni la subversión desembozada de los preceptos constitucionales. A pesar de cualquiera de esas "virtudes", con objetivos claros se podría llevar a puerto al país, al cabo de cuatro años de gestión. Se llegaría maltrecho y con daños, obvio. Como ya ha sucedido. El laburo y la naturaleza han permitido en cierto modo recomenzar una y otra vez.
Lo peor que tiene este gobierno es la cortedad de miras. El coyunturalismo a ultranza que rige toda y cada una de las acciones. Esta cuestion de resolver el hoy y mañana veremos, sumada a las otras tres características fundantes del gobierno K que mencioné antes, forman la herramienta más poderosa que se ha visto para terminar de demoler cualquier base de organización política, social y moral del país.
Un ejemplo mínimo. Cuando asumió el Néstor su Norte era Brasil. Lula se había constituido en el paradigma, el Non Plus Ultra del anticapitalismo y el progresismo latinoamenricano. Tanto que hace un año el Canciller llegó a decir que la posición natural del país debía ser reconocer la supremacía continental brasileña y jugar de vagón de cola de Itamaraty en cuestiones de política exterior. Hasta se mandaron el verso de que Argentina y Brasil iban a negociar con el FMI de manera conjunta.
La sombra de los tiranos latinoamericanos pergeñó el sueño bolivariano redivivo en el eje Chávez-Lula-Nestítor, al que se sumaría Tabaré, y que contaría con el padrinazgo moral del Fidel.
El Nestorismo, probablemente se interesó más por los negocios que promete la platita venezolana y abrazó la causa bolivariana con fervor, tratando con desdén a un Brasil que mira a Chávez con más preocupación. A un año de esas promesas de fidelidad a la cancillería brasileña, la Argentina decide que hay que enfriar la relación con Brasilia. El artículo del Clarín de hoy explicando porqué Kirchner decidió "ajustarle las clavijas" a Lula es francamente para la risa.
Lo peor es que el "enfriamiento" es con el principal socio comercial del país, y ostensiblemente lo que marca la decisión es el deseo de quedar bien con Chávez.
Sin rumbo, y sin timón, el país se termina varando en cualquier lado. Y como va la cosa, la varadura va a ser por la zona del Caribe.

1 comentario:

Luciano A. Cingolani dijo...

La tensión actual con Brasil, en mi opinión, responde a dos razones: una estructural y otra coyuntural.

- La estructural radica en que Argentina nunca simpatizó por los países exitosos; es más, usualmente los culpó del fracaso propio. Si Cuba o Venezuela prosperasen, se convertirían en enemigos también.

- La coyuntural tiene que ver con el malestar que produjo el hecho de que Brasil no se haya querido involucrar en la estafa argentina al mundo.