Los hombres resisten, los fierros no.

Este artículo lo preparé hace 50 días, cuando se estrelló un A4AR de la Fuerza Aérea, matando a su piloto. Pensé entonces que el tema no le importaba a mucha gente. Días atrás cuando cayeron los dos helicópteros españoles en Afganistán, y se levantaron por allá voces reclamando se les prestara la debida atención a las Fuerzas Armadas, pensé publicarlo. Pero lo volví a dejar de lado. Ayer se cayó otro A4AR, y recién se acaba de estrellar un helicóptero ligero en la escuela de aviación, matando a 4 tripulantes.

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¿Para qué tenemos Fuerzas Armadas? La pregunta no es capciosa. ¿Para qué mantenemos éstas Fuerzas Armadas, que en el estado en que se encuentran no pueden afrontar mínimamente los desafíos actuales del campo de batalla, y sólo con grandes esfuerzos, y propulsadas a buena voluntad, pueden cumplir las mínimas funciones cotidianas?
A más de dos años de gestión K, y a pesar de su discurso patriotero, el Néstor no ha hecho nada para cambiar el ahogo operativo y la carencia presupuestaria que atenaza a las FFAA desde hace más de veinte años. Por el contrario, por acción u omiosión se han recortado proyectos, ejercicios y programas de cooperación internacionales, y se han reinstaurado algunos de los conceptos delirantes de la antigua "Argentina Potencia".
Las Fuerzas Armadas tienen un componente humano y un componente material, el componente humano tolera los atrasos salariales, el deterioro de las condiciones laborales, el permanente acecho ideológico en base a voluntad, vocación y algo que me cuesta definir como patriotismo.
Pero a diferencia de la gente, que aguanta y aguanta, los fierros no son tan tolerantes: hace un par de días se estrelló un A4 AR de la Fuerza Aérea, con la muerte de su piloto. Meses atrás le tocó el turno a un entrenador Pampa, mientras hacía fintas para interesar a inversores chinos, y en junio pasado cayó cerca de Río Cuarto un veterano IAI Dagger/Finger, como recuerda éste artículo de Clarín. (link a La Voz del Interior) Hay que agregar que no es precisamente porque los aviones vuelen mucho. Las horas apenas llegan a los mínimos, y buena parte del inventario o está "preservado" o está directamente incapacitado de volar.
Ahora, ante la imperiosa necesidad de poner los aviones en vuelo por la realización de la Cumbre de las Américas, salen a poner toda la carne en el asador, a pesar que tanto aviones como pilotos vienen de largos años en naftalina. No sería de extrañar que los accidentes, y las muertes se repitan.
Mientras tanto el Ministro de Defensa se ocupa de cosas trascendentes: va de segundo candidato en la lista de la primera dama (obviamente no pidió licencia a su cargo) y aparece en cada acto. Eso sí, violando la ley de armas se auto-autorizó la portación de un arma prohibida.
El Ministerio mismo se ufana del elevado porcentaje de damas funcionarias. Capaces, no se sabe, pero muy políticamente correcto.
El presidente mientras tanto, fantasea con Fuerzas Armadas Industriales. Mientras tanto el capital humano y material de Fabricaciones Militares (en manos del Ministerio de Economía) se oxida y lo tapan los yuyos.
Fantasea con un Ejército Revolucionario que participen en la economía del país. Fantasea con unas Fuerzas Armadas que sean funcionales a su proyecto.
Mientras tanto las Fuerzas Armadas atraviesan una crisis operativa silenciosa. Hay que rogar que la República no necesite de ellas, porque poco van a poder aportar salvo la voluntad, la vocación y eso que me cuesta definir como patriotismo que todavía alimenta a sus integrantes.

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