Amenazas bolivarianas sobre Lula y Kirchner

Heinz Dieterich es un alemán residente en México, que puede apuntarse como el teórico detrás de Hugo Chávez, si es que algún alma caritativa puede llamar "teoría" al conjunto de boberías que se recombinan en el discurso mal llamado bolivariano, aunque otros ponen en la raíz del delirio chavista al argentino Norberto Ceresole propulsor de la tríada caudillo-ejército-pueblo, como susutituto a las instituciones democráticas que parece estar en marcha en Venezuela.
Entre los delirios de Dieterich, está la conformación de un Bloque de Poder Regional, una integración militar entre Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay, Venezuela y Cuba, que implementando estrategias de Guerra Asimétrica se enfrente a los Estados Unidos.
Abanderado de la causa chavista por lo menos desde 1992, los escritos de Dieterich permiten anticipar para donde va a seguir el derrame de las políticas de Chávez, que parece decidido a convertir los dólares de la bonanza petrolera en influencia geopolítica en la región.
Su reciente artículo "Hugo Chávez: salto cualitativo en el Bloque Regional de Poder" define siempre con un adecuado léxico militar los objetivos de Chávez en la reciente cumbre de la Comunidad Sudamericana de Naciones: una ofensiva que avanza sobre tres ejes estratégicos: el energético, la alianza tripartita y la ruptura del régimen panamericano-neoliberal.

Al describir al eje energético, no hace mas que poner en negro sobre blanco lo evidente: que el petróleo esta siendo usado como arma, y que a través de PDVSA va ocupando espacios de poder en toda hispanoamerica y caribe. Esta vendría a ser una "guerra de liberación contra la doctrina Monroe que comanda Hugo Chávez."

La alianza tripartita que Dieterich considera indispensable es Caracas-Brasilia-Buenos Aires. La Habana aparece en este planteo como un satélite de Caracas, al que se lleva a cuestas a pesar de "diferencias entre ciertas apreciaciones políticas de ambos Estados -por ejemplo, en cuanto al socialismo del siglo XXI y a la integración militar del Bloque Regional de Poder"

Cuando refiere a la ruptura del modelo panamericano-neoliberal se suma a la proclama de Chávez respecto al fracaso del Mercosur (al que insiste en sumarse) y de la Comunidad Andina de Naciones (que el propio Chávez se ocupó en desairar privilegiando el comercio con USA). Al negarle vigencia a las particulares visones de cada país, en nombre del espíritu bolivariano, parece estar reclamando para Chávez el rol de intérprete exclusivo de la voluntad hispanoamericana, repitiendo el fenómeno de opinión única que se expande en Venezuela.

Sin embargo lo más inquietante del mensaje es el desprecio evidente hacia los presidentes de Brasil y Argentina. En ambos detecta "falta de voluntad libertadora". Y anuncia para Kirchner el fin del tiempo socio-político, a la vez que preanuncia enigmáticamente que en Argentina "el próximo año se constituirá en un Movimiento Nacional que no aceptará más la política de oscilaciones de la Casa Rosada".

Al menos en la teoría, el proyecto bolivariano ya ha dado un paso al frente. Y desde esa teoría insta a enfrentarse con las endebles y corruptas democracias del cono sur. El desarrollo del próximo capítulo de la historia hispanoamenricana está planteado y otra vez implicará enfrentar un modelo totalitario, disfrazado bajo las promesas de autodeterminación, soberanía y liberación.

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