Los beneficios de la "democracia" van en aumento

Allá en los cincuenta, la Fundación Eva Perón repartía juguetes, cuadernos, guardapolvos.
En los ochenta inventamos el clientelismo con "packaging" social: la caja PAN.
En los noventa, la ayuda fue más personalizada: un gobernador repartía zapatillas, y una vicegobernadora regalaba ladrillos. En ambos casos las dádivas iban estampadas con la firma de los generosos gobernates.
En los últimos años el reparto se convirtió en pagos en efectivo: primero se llamó Plan Trabajar, pero como la mentira era muy obvia se transmutó en Plan Jefes y Jefas de Hogar.
Ahora los beneficios de la "democracia" se han hecho más voluminosos: heladeras, y lavarropas, distribuídos para asegurar el voto. Otra versión de la Línea Blanca, que nutre al sistema político argentino.

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