Apenas asumido el gobierno K, y a caballito de la crisis de inseguridad que hizo eclosión en 2004 aparecieron varios proyectos de desarme que significan cazar en el gallinero, desconociendo que ilegalizando las armas sólo los delincuentes tendrán acceso a las mismas, e ignorando que de las armas legales sólo un porcentaje ínfimo se ve envuelto en hechos dolosos cada año.
A dos meses de las elecciones en las que se refirmó la ausencia de oposición orgánica, y cuando vuelven las oleadas setentistas sobre la sociedad y las instituciones, reaparece en los medios adictos el tema del desarme civil, presentado siempre como una necesidad de seguridad pública y no como el intento de control social que en realidad es.
Notoriamente, los esfuerzos oficiales vienen acompañados por la tarea permanente de organizaciones internacionales -que apaleadas en Brasil- redoblaron el empeño en desarmar a los argentinos. Si faltaba algun dato, una de éstas ONG está vinculada y financiada por George Soros, cuyos empleados estuvieron negociando hace unos días con el nuevo López Rega, el arquitecto De Vido.
Como el país se parece cada vez más a una calesita, para no repetir lo mismo que hace un año y medio, propongo releer lo que publique entonces en El Disidente.
1 comentario:
Ferrer habla de un plan para generar anarquia:
"La anarquía hace que la mayoría de las personas se replieguen para dejar hacer. Una minoría gana la calle imponiendo el temor, para que al fin, todos quienes le ruegan a la paz, acepten las treguas bajo cualquier circunstancia."
Cambia la ultima frase por: "La inseguridad gana la calle imponiendo el temor, para que al fin, todos quienes le ruegan a la paz, acepten las treguas bajo cualquier circunstancia."
Y tenes la llama para encender el totalitarismo en la Argnetina.
Publicar un comentario