Varios amigos venezolanos me describen el proceso de cubanización de ese país, y destacan que en el tránsito hacia ser otro paraíso comunista, lo que se ha producido es el feroz enriquecimiento de bandas próximas al poder, que aprovechando el discurso de Chávez han llenado los bolsillos para varias generaciones, algo que no hubieran podido hacer sin el previo desmantelamiento de las estructuras de control del estado, de la cooptación de políticos venales, de la compra de prensa adicta, y la demolición sistemática de ventanas de expresión para una oposición de por sí deshilachada y falta de iniciativa.
La realidad argentina se va pareciendo cada vez mas a la venezolana. La escena que ofreció ayer el congreso fue tal vez la última foto de un sistema representativo extinto. Diputados electos por la oposición que con un flip-flop en el aire se convierten en oficialistas, otro elegido en primer lugar que abandona su banca antes de asumir par dar lugar a un mequetrefe de cuarta, y para completar el panorama, la Cámara casi en pleno avalando el cuestionamiento a la asunción de un diputado electo con más de 500.000 votos, para confirmar que el congreso no se integra con quien quiere la gente, sino con quien desea el Ejecutivo.
Con los órganos de control completamente politizados, y entregados como cotos de caza a los aliados, la transparencia republicana está fenecida hace rato. El último resguardo en que confiaba la sociedad, la prensa, también está bajo el control del gobierno. No hizo falta la intervención militar, la censura ni las patoteadas. Clarin (y su sucursal Página/12) le deben a la devaluación su propia continuidad, La Nación acaba de sacarse de encima a Escribano, que tanto molestaba al poder. Y Daniel Hadad, el "empresario de medios" que alguna vez fue tan crítico, ahora integra las comitivas oficiales, las de los empresarios amigos que juegan el mismo de favores por apoyos.
La única diferencia sustancial entre Chávez y el Néstor es que mientras uno se muestra en sus ridículas camisas rojas, el otro conserva sus setentistas sacos cruzados. Fuera de eso, la demolición del estado de derecho es casi igual en los dos países.
Sin oposición, sin nadie que les haga sombra, parece que la única esperanza es confiar en la suma de resistencias individuales, y confiar en que no ha y mal que dure cien años.
argenblogs
3 comentarios:
de terror, Rubén, la mítica República Bolivariana de Argenzuela
¡Vamos Kirchnelandia, todavía!
Pablo
como dijo alguien por ahi... está a punto de chocar la calesita!!!! :PPPPPP
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