El asunto de las papeleras está poniendo en negro sobre blanco la estatura de la dirigencia nacional, y de paso la calaña de algunos personajes de la fauna política como el gobernador Busti, que en lugar de manejar el asunto con altura y mesura se suma al piqueterismo ejercido desde el poder, avalando todas las protestas que implementan los "ecologistas" de Gualeguaychú, a pesar de que él mismo en su anterior período negoció la instalación de papeleras en su propio territorio, más precisamente en la ciudad de Concordia (*). La tradición nacional de ignorar compromisos internacionales, y de borrar con el codo lo que se escribe con la mano también se cumple en éste caso, cuando antes de que el gobierno K le hiciera eco al gobernador de Entre Ríos, había admitido la instalación de las plantas en el organismo natural de discusión: la Comisión Administradora del Río Uruguay (* y ** ).
A la situación planteada le queda corto el calificativo de ridícula. Mi propia experiencia, de tener que cruzar el puente internacional Gualeguaychú -Fray Bentos en plena madrugada para eludir los piquetes, o los camioneros argentinos, brasileños, uruguayos y chilenos amontonados en playones esperando la merced de los huelguistas llega al mejor absurdo latinoamericano.
Uruguay -por lo menos hasta ahora (*) - ha actuado con una corrección notable, mientras las obras siguen avanzando. En la Argentina, por el contrario los desatinos se agrandan cada día: hoy la aduana retuvo camiones que llevaban materiales chilenos para la planta de Botnia y los activistas entrerrianos, envalentonados por la tácita aceptación oficial, amenazan con cortes en otras rutas y en las terminales de ferrys (* y **).
¿Podría haber sucedido que ante el reclamo argentino Tabaré Vazquez se hubiera lavado las manos y le hubiera echado toda la culpa a los dueños de las plantas? Dificilmente. Pero en cambio, el gobernador Busti demuestra de qué está hecho, cuando ante un reclamo ambiental en su propia casa -ésta vez formulado por el gobernador de Santa Fe, debido a la contaminación patente, visible y concreta que generan las quemas de pastos en su provincia y que afectan a las ciudades sobre el Paraná, le respodió que el ya ha echo lo que puede, y que toda la responsabilidad es de los propietarios de los campos (* y **).
Dirigentes de papel, cabezas llenas de humo. Es lo que tenemos. No por nada Busti se perdió "sus" papeleras. Y no por nada entre las provincias del país, Entre Ríos que fue en una época rival de Buenos Aires hoy es a juzgar por sus indicadores económicos una de las de peor desempeño. (*)
2 comentarios:
Por el bien de Uruguay, espero que todo esto sirva para que de una vez por todas se den cuenta, firmen un tratado de libre comercio con EEUU y dejen de perder el tiempo con el "Mercosur".
Calma, que con Tabaré nunca se sabe. En cualquier momento puede “deponer armas” y decir todo lo contrario. Ya lo ha hecho en otras ocasiones.
No sé hasta dónde pretenden llegar el Pingüino y Busti con esta embestida. Todo es tan surrealista. Parece que la estupidez no tiene límites. Con decirte que los “radicales” montevideanos usan (en su campañita contra las plantas) las declaraciones de la ambientalista Natalia Oreiro... En fin.
Un abrazo.
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