De visita, en un país inexistente

Alain Touraine es un sociólogo francés que se ha ocupado bastante de lo que ocurre en Argentina, y de lo que es la Argentina como entidad política y social.
En 2002, cuando parecía que todo terminaba en escombros, Touraine lanzó una opinión lapidaria: "Argentina, no existe más. Como país y como sistema político ha muerto", y para más datos definió el rol del sistema político nacional: Ser centro de corrupción.

Algunos meses después, tal vez al ver que el océano no avanzaba hasta la cordillera, rectificó en algo su diagnóstico con un obvio "Los argentinos existen; la Argentina, no"; y le auguró al país un mejor futuro luego de intentar un análisis histórico bastante preciso, en el que señaló que "la Argentina, como sistema, funciona mal", una falla a la que le puso fecha de inicio en 1930: " Era un país exportador y la plata se acumulaba, y si había algún peligro se llamaba al Ejército. Existía una oligarquía de excepcional calidad, culta, laica, pero nadie se ocupó de la producción". De una manera mas polite, Touraine decía lo mismo que el Secretario del Tesoro Paul O´Neill con su ácido "viven en crisis desde hace 70 años y no lograron tener un producto exportable".

Hace unos días Touraine estuvo de visita en Buenos Aires, la capital de un país que como Agilulfo de los Guildivernos, el caballero imaginado por Italo Calvino, no es más que una armadura hueca. La prensa amiga del gobierno se ocupo de recoger los elogios que le brindó a Kirchner, a la política argentina -a la que calificó de "antipopulista" (¿?) - pero le dio poco espacio a una recomendación, "Es realmente prioritario dar la imagen de un país que corresponda a la conciencia de un país responsable" y una observación con una sutil diferenciación semática: "no se trata de reconstruir, sino de construir el país".

Mientras no lo construyamos, el país va a seguir siendo inexistente.