La mirada de la Memoria

A treinta años del golpe del 76 abundan las campañas, en carteles, vía pública, y demases invitando a la memoria. En Rosario las carteleras de las calles tienen a la vez tres campañas paralelas, una del gobierno nacional, otra del gobierno provincial y otra del municipal, en competencia para ver cual de las tres jurisdicciones es la mas memoriosa. Ni hablar de lo que sucede en la universidad, donde en cada facultad, las organizaciones políticas estudiantiles se disputan el mismo derecho a ser los más recordadores. Con ese afán de competitividad futbolera, la recordación recoleta de una época aciaga se transformó en cierta medida en una hoguera de vanidades, una competencia de gráficas, y de actos a cual más rimbombante.

La Municipalidad de Rosario instumentó para el aniversario una campaña a partir de la imagen de unos ojos, repetidos por toda la ciudad. A la imagen -muy potente graficamente- la acompaña la frase "sin embargo estoy aquí", que a mi en lo personal me hace pensar en tantas otras situaciones que cotidianamente atravesamos, y a pesar de las cuales, como país, como sociedad, y como individuos, seguimos aquí. Anteriores al 76, posteriores al 76...posteriores al 83, al 2001, al 2003... No en vano alguien escribió un libro titulado Así no hay cuerpo que aguante.

Y volviendo a los ojos de la Municipalidad de Rosario, la campaña se complementa con unos prolijos stickers transparentes, que han llevado la mirada a rincones insospechados. Así fue que al ver hoy un par, evidentemente femenino, que me miraba desde un rincón, pensé que bien podría evocar la mirada de alguna desaparecida, arrancada de su casa sin orden judicial y asesinada sin justificación ni amparo legal; pero también podría ser la mirada de Paula Lambruschini, o la de María Cristina Viola -si hubiera llegado a crecer. O incluso podría se la de la Señora de Cucco, que cuando yo era chico me vendía el Anteojito. O la de la Sra. de Contesti.

Al final se me cruzó por la mente aquel verso, el penúltimo del Martín Fierro, que hoy, con el afán revivalista parece enterrado:

Es la memoria un gran don,

Calidá muy meritoria

- Y aquellos que en esta historia

Sospechen que les doy palo-

Sepan que olvidar lo malo

Tambien es tener memoria.