Una paradoja trágica

Treinta años después, cuando ya no le importa a nadie, salvo a los que hicieron de revivir el pasado su arma política, el comandante de la Fuerza Aérea sacó a relucir un mea culpa que a esta altura ya es ineficaz e inefectivo.
Con ese discurso la fuerza quedó inmersa institucionalmente en el absurdo espíritu retro que sobrevuela en toda la defensa argentina, y que en el caso de los aviadores es todavía más grave por esa actitud de permanente autoevocación de lo obrado en Malvinas, una autocelebración que ni cambia el resultado del conflicto, ni sirve para una organización que ha quedado reducida a una existencia prácticamente virtual, volando fierros viejos, sin armamento moderno, y prácticamente sin capacidad de responder a ninguno de los desafíos que el presente le plantea, incluso a nivel regional.
Es paradójico, que el día en que el Brigadier Schiaffino se zambulle de cabeza en el pasado, el presente le pegue tremendo soplamoco.

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(addenda: ayer, con diferente resultado, a la FAA ya se le había caído otro avión. Sobre que hay tantos... y tan buenos)