Aerolínea propia, tercer acto

Desde que llegó al gobierno, el Néstor sueña con tener su propia aerolínea. Probó con LAFSA, pero no logró levantar vuelo, porque todo el presupuesto se lo consumió en personal y uniformes, y no le alcanzó para comprar ni un cessnita.
El segundo intento vino de la mano de la alianza estratégica con Southern Winds, que se materializó en una operación del tipo "vos llevá, que yo no miro". Unas valijas incómodamente destinadas a la Embajada Argentina, del Sr. Bettini, al caer en manos de la Guardia Civil, cancelaron las ansias de volar en una línea aérea propia.
Ahora el Néstor va por su tercer intento de levantar vuelo. Esta vez el avance es directamente sobre Aerol{ineas Argentinas, sobre la que quiere avanzar para quedarse con la acción de oro y así el derecho a veto en el directorio.
Lo insólito de este intento es que toda la operación pretende hacerla sin plata, o mejor dicho, sin efectivo. Porque como dice alegremente algún funcionario de la secretaría de Transporte, las acciones que compraría el estado irían a cambio de algunos "favorcitos", como el aumento de tarifas, la aprobación de balances rechazados, o una gestión de cobro para que ZP le pague a Marsans 300 palitos. En el mejor de los casos un apriete, en el peor, directamente un chantaje.