Evo Morales, y su Movimiento al Socialismo, en su escalada para conseguir concentración de poder en manos del gobierno que maneja a gusto y placer, acaba de dar una lección a todos los aspirantes a autócratas.
Primero, se ciscó en acuerdos unilaterales y le fijó a la Argentina el precio que le vino en gana para el gas que le exporta, 5 dólares por millón de BTU, que fueron aceptados alegremente por el Ministro De Vido.
Ahora, decide que al efecto del pago de regalías a los departamentos donde se produce el gas, el precio a considerar es de 3.50. De allí deben deducirse los gastos de extracción, transporte, etc. Lo que queda va al reparto.
El dólar con cincuenta de diferencia, libre de polvo y paja, va a ir directamente a parar a las arcas de la petrolera estatal YPFB, que prácticamente no interviene físicamente en la exportación.
Ahí tienen los bolivianos lo que obtuvieron con su nacionalización. Como siempre se demuestra que cuando algo es "de todos" termina siendo apenas de unos cuantos burócratas, y de los políticos de turno.
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Caja
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