Me sorprendí hoy al ver que La Nación publicó una carta de lectores que mandé hace unos cuantos días, casi un mes para ser precisos. Lo más sorprendente es que el texto fue debidamente editado como para que aparezca escrito después de la aprobación de los superpoderes, y no antes, como realmente sucedió.
Se ve que en el kiosco que fundó Don Bartolo necesitaban munición para tirarle al Néstor y les venía bien el texto que escribió este gil.
Por las dudas, la carta original es ésta:
"Sr. Director,
El debate en la Cámara de Senadores por el tema de los superpoderes reveló el último agravio a la organización constitucional, no ya a la cuestión de la separación de poderes violentada por la transferencia de facultades legislativas al ejecutivo en contradicción con lo establecido en el artículo 29, sino a los cimientos del régimen federal.
El debate en la Cámara de Senadores por el tema de los superpoderes reveló el último agravio a la organización constitucional, no ya a la cuestión de la separación de poderes violentada por la transferencia de facultades legislativas al ejecutivo en contradicción con lo establecido en el artículo 29, sino a los cimientos del régimen federal.
Cuando el Senador Giustiniani criticó los DNU expresando que los mismos facilitan el manejo discrecional de fondos públicos, la primera dama y senadora Fernández de Kirchner, le retrucó enrostrándole “falta de honestidad” al santafesino, enumerando obras ejecutadas por disposición del gobierno federal en la provincia como si estas fueran garantía de ecuanimidad y no la consagración de un sistema por el que el Ejecutivo Nacional maneja la obra pública con criterio imperial, avasallando a la jurisdicción de las provincias e incluso de los municipios.
No hace falta ser muy astuto para descubrir que , en todo el país, la obra pública aparece sólo si no es bendecida por el presidente, o por su omnipotente ministro de Planificación, y en el caso específico de Santa Fe, no representa más que una pequeña fracción de lo que la provincia aporta en impuestos y retenciones, principal fuente de ingresos de este festín de la discrecionalidad, que consolida un nuevo modelo centralista, ésta vez con eje en una clase política cebada en la autocracia antirrepulicana."
1 comentario:
Felicitaciones, dos al hilo no es pavada a tu edad :)
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