6 de noviembre de 2006

Inventando otro espejismo

Hace un par de años el centro y la centroderecha confiaban en que iban a poder sacar de la galera un personaje que con un poco de requinte, buena campaña, y bastante en publicidad, se convirtiera en una figura nacional. El papel parecía hecho a medida para Mauricio Macri, que se armó un equipo de asesores estrellitas y estrellados, y sin nigún sustento ideológico más que las ganas de pasar de Boca a la actividad política inventó Compromiso para el Cambio, un kiosco que no logró salir de Capital, y que demostró la solidez ideológica que lo caracteriza con el episodio célebre de la borocoteada.
Mientras alguna prensa huérfana de apoyo económico, y muchas fundaciones faltas de sponsor vieron en la figura del hijo de Franco Patriacontratista Macri una chance para revivir sus finanzas, el político fashion mantuvo alguna consideración como figura de nota. Pero en tres años de gobierno K, en los que el rol de la oposición quedó vacío, y donde mientras tiembla lainstitucionalidad y se pisotea la constitución, el tipo se va de paseo a Europa, o de conga a Punta del Este, quedó para cualquiera con dos dedos de frente en claro que lo de él es apenas de alcance municipal. Y no sé.
Ahora, de entre los escombros de los políticos mediáticos se está levantando otro del mismo cuño, que no dudó para llegar al Congreso en abrazarse a Duhalde, asociándose a todos los atavismos nefastos del peronismo bonaerense. Claro, el hombre tiene una enorme cuenta bancaria, recuerdo de cuando liquidó la empresa familiar por 600 y algo millones de dólares. Es un arma para enferentar la chequera oficial.
Pero no alcanza. Hacen falta convicciones y hacen falta ideas. El país no se hizo a billetazo, y ya hay suficientes muestras de lo que pasa cuando lo que se elige es nada más que cartón pintado.

1 comentario:

Louis Cyphre dijo...

Ya lo decía la vez pasada. Es básicamente lo mismo que Macri, dignos representantes de la Gran Clase Empresaria Argenta. Admiradores a ultranza del modelito de “los industriales de Sao Paulo”, el mensaje es muy claro, el camino es el dirigismo estatista, pero nosotros lo vamos a hacer más prolijo.