8 de febrero de 2007

Derechos Humanos

Un capitán del ejército colombiano pasó casi cuatro años secuestrado, la mayor parte del tiempo atado del cuello a un árbol.
Lo encontraron accidentalmente, cuando una patrulla perseguía a la fracción "Ché Guevara" del ELN.
El pobre tipo había sido dado por muerto hace rato, tanto por los militares como por su familia. Como en los últimos días se había enterado que lo estaban por entregar a las FARC, e imaginando que iba a terminar como un cadaver desconocido, se tajeó su nombre en el pecho, los brazos y las piernas, para que de ser desmembrado alguno de los restos sirviera para identificarlo.
Me imagino a todas las organizaciones de Derechos Humanos ofreciendole ayuda para su recuperación, apoyo a sus familiares, y condenando a los captores. Claro, que para eso las Madres de Plaza de Mayo, por ejemplo, van a tener que suspender las clases que los invitados de las FARC y el ELN suelen dar en su "Universidad".

4 comentarios:

Cogito Argentum dijo...

Igualito a Gitmo

EL ANALISTA AFICIONADO dijo...

Mientras esa defecación de la humanidad, llamada Hebe de Bonafini este en ese colectivo lo dudo.

http://elanalistaaficionado.blogspot.com/2006/11/la-impresentable-hebe-de-bonafini.html

Saludos.

MarcosKtulu dijo...

¿Universidad? No te permito! ¡Universidad popular!
Este secuestro seguramente, como acá, no va a ser ni terrorismo, ni delito de lesa humanidad (por ello imprescriptible), ni nada mucho más allá de un delito común que queda sin juzgar.
¡Juicio y castigo! ¡Memoria colectiva! ¡Derechos humanos!.

Anónimo dijo...

Por favor, si fuera posible, escribir "brujas de plaza de mayo" en minúsculas. Gracias.
FernandoR.R.