El sueño del propio vietnam

Mientras la región -y especialemente el país- se sumerge cada día más en la intrascendencia, a mucha gente le hace falta aferrarse a una verdad paralela para encontrar algun motivo que permita imaginar algun futuro protagonismo en la historia global. El mecanismo para no asumir que el mundo considera estos rincones del globo como una mezcla de planicies asiáticas con gobiernos africanos es pergeñar escenarios que pongan el interés de las malvadas potencias internacionales por estos rincones, imaginando avideces para llevarse "lo nuestro".
Como no hay tecnología para ofrecer, y ni siquiera producción agrícola que no pueda igualarse en otro lado, desde hace un tiempo la cosa es imaginarse que la voracidad ajena se va a centrar en los recursos naturales.
En este imaginario el agua pasó hace un tiempo a ocupar un espacio central. Los cerebritos que acuerdan con la teoria del hidrosaqueo se imaginan que un mundo desarrollado sediento va a venir a robar el agua, tesoro virgen de los pueblos latinoamericanos.
No importa que la mayor reserva no esté acá, sino en los Grandes Lagos, o que el Lago Baikal, mayor fuente única de agua dulce, esté bastante lejos del acuífero guaraní. El asunto es imaginarse una invasión a là iraquí donde nadie explica como se van a llevar el producto del "robo" de manera que resulte un camino más económico que la simple ósmosis inversa, que permite sacar agua potable del agua de mar, o de la más podrida de las ciénagas.
Ahora, este gobierno de retardados (en el sentido que viven mirando el mundo como si se viviera en los cincuenta, como muy moderno) en su visión confrontacionista se imagina un Viet-Nam propio, donde los defensores del agua patria resisten una invasión del Imperio, que viene a llevarse nuestra riqueza en botellas de litro y medio.
El delirio, llegó a la doctrina militar.

(El Opinador tiene más al respecto)