12 de febrero de 2007

Lectura de verano (II)

William Wheelwright
No es fácil, en un país llenos de patrones, recordar el nombre de un empresario que haya llevado a cabo un proyecto verdaderamente transformador. Uno busca en la memoria, y aparece uno o a lo sumo dos nombres.
Si uno repasa las bibliotecas, también es casi imposible encontrar que alguien le haya dedicado un libro a la biografía de un empresario, a menos que éste se haya puesto con algun pesito, en un intento de trascenderlas páginas sociales de las revistas del verano.
Sin embargo hay un empresario que sí hizo algo verdaderamente transformador, uno que casi nadie recuerda, y que para demostrar lo enorme de su figura tiene el honor de tener de biógrafo nada menos que a Juan Bautista Alberdi.
Hablo de William Weelwgriht, el que llevó adelante el proyecto del Ferro Carril Central Argentino, que le cambió la cara al desierto para convertirlo en la pampa gringa.
El libro que le dedica Alberdi, es monumental no por que constituya en sí un recordatorio de la excepcional personalidad del yanqui, sino porque el autor lo toma como excusa para escribir sobre la naturaleza de nuestro país, de sus políticos, de sus instituciones, y sobre el valor de la libertad y del progreso.

De paso, deja un clavo en el ataúd de Bartolo Memitre, afirmando que la obra ferroviaria en realidad fue pergeñada por Rivadavia, y que aquel sólo aprovechó la volada una vez que estaba en marcha, y que don Guillermo había asegurado el financiamiento consiguiendo hasta la última moneda en Londres.

Se los recomiendo. Si es que lo consiguen, porque lógicamente en el país donde Felipe Pigna es un best seller, la obra es casi un incunable.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No tenía idea de la existencia de ese libro. Buen dato.

Francisco P.

Anónimo dijo...

Dijo Alberdi:
"En Inglaterra , es decir, en el país mas libre y próspero del mundo, por una estatua consagrada a un soldado se ven diez dedicadas a grandes hombres de Estado, a grandes inventores, a grandes viajeros, o exploradores, a grandes y útiles talentos. Los grandes guerreros ceden allí su puesto de honor a los grandes arquitectos, a los grandes ingenieros, a los grandes agricultores, a los grandes genios del arte y de las ciencias."