Mientras en Buenos Aires los amigos del presidente reparten miles de banderitas para tapar el clima cada vez más denso que ronda al gobierno, el Néstor con su valentía habitual se escapa de la única ciudad que merece festejar el 25 de mayo y se va a refugiar a Mendoza donde el gobernador es uno de los últimos retazos de su sueño transversal.
Pero los mendocinos no están tan seguros que la oportunidad sea para festejar, y no por las consideraciones historicistas que a mi me hacen preferir el 9 de julio, sino por motivos bastante más concretos: reclaman seguridad y "homicidio cero", con tanto énfasis que han declarado al 25 como día de duelo.
El gobierno no quiere hacer su mímica habitual ante plazas vacías. Por eso ha anunciado que va a llevar hasta Mendoza unos 35.000 aplaudidores, en una dignísima celebración de la asamblea popular que en 1810 forzó la creación del primer gobierno autóctono.
(Vale la pena recordar que Mendoza ha sido hasta ahora el "modelo" para el desarme ciudadano que impulsa la progresía local? Una provincia que ahora está desbordada por el delito)
1 comentario:
Hace rato que los acts del presidente se ven inusualmente prolijitos. Hoy SineMetu publica fotos de la Presidencia, donde todos los concurrentes a un meeting tienen las mismas banderitas.´
Andrés A.
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