Igual que en la vieja Unión Soviética, Chávez dispone que el estado mejore la productividad de la industria y el campo. Mientras anuncia cifras fabulosas de producción inaugura institutos estatales que van a multiplicar la producción como el "Centro Técnico Socialista Productivo Florentino" (destaco lo autocontradictorio de Socialista y productivo en la misma frase), y anuncia un inminente futuro en el que el Socialismo del Siglo XXI exporte lo que hoy no aparece en los supermercados venezolanos: carne y leche.
El cultivo de caña de azúcar era una actividad principal de la economía cubana desde inicios del siglo XIX. Primero, fuente casi exclusiva del azúcar que consumía España, pasó a abastecer un tercio del consumo norteamericano. En 1952 la isla producía siete millones de toneladas de azúcar. Cincuenta y cinco años después, la planificación economica del castrismo -matizado por los arranques de dirigismo mesiánico del propio Fidel- ha dado sobradas muestras de sus resultados: en 2001 se produjeron 3.700.000 toneladas. En 2006, menos de dos millones de toneladas, y a pesar de que la mano de obra es cuasi esclava los costos de producción superan a los de Francia o Estados Unidos.
Asi que los venezolanos tendrán que hacerse a la idea, que en busca de leche y vacas socialistas, es probable que se les acabe el petróleo. Chávez considera a Fidel su maestro, y el tipo en esto de reventar industrias bien afirmadas es un experto.
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