Durante años, los fondos jubilatorios administrados por el Estado se derivaron a gastos generales, llevando al sistema al colapso. En los "odiados" noventa, la adopción del sistema de administración privado de fondos de jubilaciones y pensiones vino a establecer un método que pretendía asegurar la intangibilidad de los fondos de retiro.
Pura ilusión.
Primero, la Alianza, mientras se hundía, obligó a las AFJP a comprar títulos de deuda pública. El Néstor después las obligó a renegociar los papeles a punta de pistola, y para terminar de destruir el sistema descalabró el sistema legal, y rehabilitó el pase al sistema "de reparto"con la connivencia de los sindicatos, una campaña publicitaria tendenciosa, y pases forzados.
Mientras tanto, en el sistema público se creó un sistema perverso que permite obtener jubilaciones no solo a los que no completaron los aportes, sino a los que jamás pusieron un peso en el sistema, que a partir de ahora -y en futuros años de vacas flacas- recibirán un pago.
Me imagino cómo se debe sentir un jubilado de los de aquellas cajas estafadas en los setenta y ochenta, hoy cobrando apenas quinientos pesos, cuando ven que alguien que jamás aportó un centavo va a cobrar lo mismo que él, a quien a lo largo de toda una vida laboral se le descontó un porcentaje significativo de su sueldo.
País generoso. Y profundamente injusto.
3 comentarios:
Este comentario no es del todo justo. El plan permitía a quienes, como yo, no habían completado los 40 años de aportes al cumplir los 65 años. En mi caso por haber estado desocupado o trabajando en negro como única opción. Además las sumas adeudadas se descontaban en cuotas de lo que se cobrara de jubilación.
En mi caso no pude adherirme al plan por una cuestión burocrática.
Fer
Fernando, entiendo tu caso, pero no hace a la cuestión de fondo: que a partir de una creación indiscriminada de cientos de miles de nuevos jubilados, que pondrán apenas un porcentaje de lo que cobran, el sistema jubilatorio se convierte otra vez en una bomba de tiempo.
Tenés razón estimado Rubén, además, en rigor de verdad, mi comentario no tocaba la verguenza del traslado de las jubiletas privadas al sistema estatal.
De cualquier manera, ambos sistemas están colapsados, el estatal, porque se mete mano en él desde tiempos inmemoriales y el privado por la estafa de obligarlos a invertir en bonos basura.
Un abrazo.
Fernando
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