El Opinador comenta un artículo de Jorge Castro, sobre el proceso de reequipamiento militar de Brasil.
Aislados en la isla argenta, muchos se creyeron el cuento de la paz y la fraternidad latinoamericana. Y para peor, muchos se creyeron también que Brasil había renunciado a su vieja vocación imperial (marca genética de su nacimiento) para sumarse a la cola de los países berretas.
Por el contrario, si uno sigue la historia brasileña puede leerse ya desde la época de la Guerra del Paraguay, cuando la Argentina era apenas un desierto que comenzaba a organizarse como nación, que el Imperio Brasileño ya tenía vocación industrial, una visión de su rol como potencia continental, y en consecuencia una clara política militar.
La duplicación del presupuesto militar es un salto cuantitativo, pero el país nunca descuidó su defensa. Mientras en la Argentina la Flota de Mar y la Fuerza de Submarinos se oxida con tecnología de hace 25 años, la Marinha acaba de modernizar sus fragatas clase Niteroi y ha decidido la adquisición de submarinos tipo U214. Mientras acá un falso orgulo patriotero se regocija con ver en el aire a los vetustos Pucará, en Brasil los Super Tucano reemplazan a los Tucano. Mientras nuestros Mirage se quedaron en tierra por fallas fatales, en Brasil se fueron de baja hace tiempo y se adoptaron como "puente" los Mirage 2000 a la espera de la compra de nuevo material, los Northrop F-5 se están llevando al estándar Tigre II, y se opera además el cazabombardero ligero AM-X. Mientras en la Argentina el espacio aéreo es un gran agujero negro, al sistema brasileño de control radárico se suman los R-99 Guardiao.
Desde luego que el Exercito tampoco está abandonado, y tiene sus MBT (aprovechando las ofertas de segunda mano), y se ha mantenido al día en armas y equipos.
Así que no puede sorprender que se anuncie ahora un importante gasto en defensa. Aunque el término "geopolítica" suene anacrónico en estos tiempos posmodernos, Lula está confirmando el rol que Brasil asumió hace más de medio siglo.
Aislados en la isla argenta, muchos se creyeron el cuento de la paz y la fraternidad latinoamericana. Y para peor, muchos se creyeron también que Brasil había renunciado a su vieja vocación imperial (marca genética de su nacimiento) para sumarse a la cola de los países berretas.
Por el contrario, si uno sigue la historia brasileña puede leerse ya desde la época de la Guerra del Paraguay, cuando la Argentina era apenas un desierto que comenzaba a organizarse como nación, que el Imperio Brasileño ya tenía vocación industrial, una visión de su rol como potencia continental, y en consecuencia una clara política militar.
La duplicación del presupuesto militar es un salto cuantitativo, pero el país nunca descuidó su defensa. Mientras en la Argentina la Flota de Mar y la Fuerza de Submarinos se oxida con tecnología de hace 25 años, la Marinha acaba de modernizar sus fragatas clase Niteroi y ha decidido la adquisición de submarinos tipo U214. Mientras acá un falso orgulo patriotero se regocija con ver en el aire a los vetustos Pucará, en Brasil los Super Tucano reemplazan a los Tucano. Mientras nuestros Mirage se quedaron en tierra por fallas fatales, en Brasil se fueron de baja hace tiempo y se adoptaron como "puente" los Mirage 2000 a la espera de la compra de nuevo material, los Northrop F-5 se están llevando al estándar Tigre II, y se opera además el cazabombardero ligero AM-X. Mientras en la Argentina el espacio aéreo es un gran agujero negro, al sistema brasileño de control radárico se suman los R-99 Guardiao.
Desde luego que el Exercito tampoco está abandonado, y tiene sus MBT (aprovechando las ofertas de segunda mano), y se ha mantenido al día en armas y equipos.
Así que no puede sorprender que se anuncie ahora un importante gasto en defensa. Aunque el término "geopolítica" suene anacrónico en estos tiempos posmodernos, Lula está confirmando el rol que Brasil asumió hace más de medio siglo.
4 comentarios:
De la posición de los militares que veían a Brasil como un enemigo mortal, pasamos a la de entenderlo como un socio. Después, ya en la era K la visión de Brasil fue la de reconocerlo como líder, incluso en temas militares (caso Haití, por ejemplo).
en todo el proceso pasamos en el aspecto militar de ser una potencia mediana a ser una potencia inerme.
Francisco P
Ruben y Amigos:
A mi modo de ver, la competencia militar con Brasil,hace 30 anos paso a la historia.
Por fortuna, camine bastante el Brasil: en los 70 ya tenian una autopista que practicamente unia SP con Foz-entrar rapido en Argentina y Paraguay-.
Eso fue.
Cuarenta anos despues(2010)el tema es economico y no militar:Brasil es por lejos el primer exportador de carne(dura)y granos.
En el 2000 estaban plantando soja a lo loco y nosotros buscando bajarlo al triste DLRua.
El BNDS(2005)manejo 50bi de dolares y estos estupidos del fin del mundo y del caribe estan haciendo(y no pueden)hacer un banquito de 3bi!
Pateticos!! diria Escude,no?
Saludos
ramon cassino
Hola Ramón. Como siempre, gracias por comentar.
Por supuesto que la rivalidad (en buena medida inventada) que se vivía en los setentas es historia. Lo criticable es que buena parte de la dirigencia argentina desde el 83 para esta parte supuso que al cesar la confrontación Brasil se dedicaba la boludeo igual que la Argentina. Como comentó antes Francisco (otro agradecimiento por pasar y comentar siempre), entendimos a Brasil como rival, luego socio, luego líder (se acuerdan de Bielsa, al respecto?) Y en esa secuencia se creyó que Brasil se avenía a esa sociedad, por lo que se olvidaba de su rol como líder regional.
Y no.
Me daría mas pena si los argentinos no nos hubiesen apuñalado por la espalda cuando tuvimos la guerra con el Ecuador. Los peruanos fuimos los únicos que los apoyamos en la Malvinas...y su agradecimiento.
...así que sufran nomás.
Publicar un comentario