11 de diciembre de 2007

Frente a este panorama de devastación, haría falta producir un cambio drástico de dirección, pero lamentablemente es ilusorio esperarlo cuando lo que nos ofrecen es más de lo mismo. ¿Cuáles deberían ser los ejes de ese cambio?

En primer lugar, la reinserción internacional de la argentina. Esto requiere: fortalecer la relación con Brasil y trabajar para la consolidación del Mercosur; resolver rápidamente, mediante el diálogo y la negociación, los problemas creados con Uruguay; restablecer la asociación con Chile, garantizando el abastecimiento de gas; reanudar los vínculos estratégicos con Estados Unidos y los demás países del mundo desarrollado y realizar una fuerte apertura económica y comercial hacia China y los demás países del continente asiático.

En segundo lugar, tenemos que crear las condiciones adecuadas para promover la llegada de una nueva y gran oleada de inversiones productivas, como la que logramos atraer al país en la década del 90. Esto implica establecer un marco de estabilidad monetaria, de seguridad jurídica y de respeto a la ley, que permita recuperar la confianza nacional e internacional en el presente y en el futuro de la Argentina.

En tercer lugar, avanzar hacia la justicia social por el camino de la educación, que es la principal herramienta de inclusión social en este mundo signado por la sociedad del conocimiento.

En cuarto lugar, aunque tal vez habría que decir en primer lugar, impulsar la reconciliación nacional. Hay que terminar para siempre con la difamación permanente contra los adversarios políticos y el ataque sistemático a las instituciones fundamentales y fundacionales de la nación, como son la Iglesia Católica y las Fuerzas Armadas.

Presidente Carlos Menem

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